SERIE 1

 

INTRODUCCIÓN: La Creación y Caída de Planeta Zero
 
Un Mundo de Dioses y Mortales: En un universo donde los dioses principales gobernaban con sabiduría y poder, un planeta llamado Zero fue creado para ser un refugio de armonía y belleza. 
 
Doce dioses poderosos unieron sus fuerzas para dar vida a este mundo, cada uno contribuyendo con sus dones únicos. Sin embargo, la ambición y el deseo de poder de los dioses menores y los híbridos con sangre divina amenazaron con desestabilizar el equilibrio del universo. 
 
Un intento de derrocamiento contra los dioses principales llevó a la imposición de restricciones estrictas, aislando a los dioses del mundo humano. Ahora, Planeta Zero se encuentra en un estado de precario equilibrio, donde la tensión entre los dioses principales, los dioses menores y los híbridos amenaza con desencadenar una catástrofe. 
 
La prohibición divina ha mantenido la paz durante siglos, pero ¿por cuánto tiempo? Únete a esta épica aventura para descubrir los secretos de Planeta Zero, un mundo donde la creación y la destrucción caminan de la mano.
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 1. Cueva del silencio.
 
Era la mitad de la primavera en el continente Dragón, el ocaso se estaba poniendo en el horizonte, atrayendo consigo a la oscura y fría noche, adjunto con sus dos lunas emergiendo aumentando así la temperatura del ambiente. 
 
En esa fría noche, en el bosque de los lamentos, en la cueva del silencio, algo siniestro estaba por suceder... 
 
Dentro de la Cueva del Silencio..
 
Subconsciente: Estaba rodeada de oscuridad en medio de esa oscuridad veo una luz a los lejos, y me pongo a seguirla, pero no se deja atrapar, se aleja más de mí..., en cada paso que doy comienza a desaparecer. 
 
—Yo, de la desesperación. —gritó. —¡no te vaya! 
 
Después de desaparecer la luz mi ánimo callo por los suelos quedando el lugar en un silencio sepulcral donde la fría oscuridad reina. Luego de eso comencé a sentir una picazón en mi nariz, pensé "¿Por qué siento picazón?" 
 
Se sentía que eran como gotas de agua, pero no la podía ver, pero si las sentía y me daba rasquiña, y no sabía que me estaba pasando, pero por instinto me rascaba. Luego sentí algo raro en mi visión, comencé a ver difuminado mi entorno. 
 
—¿Qué me está pasando? ¿porque mi entorno se ve así, a pesar de que esté oscuro? De repente no sentía mis pies, y me agacho para tocarlo, y lo que sentí, me hizo estremecer, y comencé a sudar en frío, pensé "¡NO SIENTO MIS PIES!" me comencé a cuestionar "¡que! ¿No puede ser? ¡Mis pies, ¿dónde están?!" 
 
Luego mis manos comenzaron a adormecerse, dirijo mi visión en donde sentía el entumecimiento, y lo que pude ver me hizo entrar en pánico, vi cómo iban desapareciendo mi mano, pensé "¡Mi mano, no!" 
 
Me asusté por lo que vi haciéndome sentir un frío estremecedor por todo mi cuerpo en solo pensar en cómo mi existencia se iba desvaneciendo sin poder hacer algo. 
 
Recuperando el Sentido 
 
Abrí mis ojos, y me senté, para notar que mi respiración estaba demasiada densa, mi corazón latía de manera desenfrenada, y mi cuerpo se sentía cansado. 
 
Miré a mi alrededor, rodeada de oscuridad y humedad. De repente, un olor penetrante llegó hasta mi nariz. 
 
Reconocí el hedor inconfundible del excremento de Espinazo, una ave que solo habitaba en la Cueva del Silencio. Esto me hizo darme cuenta de dónde estaba. 
 
—¿Pero en dónde he terminado? ¿Por qué estoy aquí? ¿Además, qué hago oliendo a excremento de Espinazo?
 
Flashback
 
Estaba en mi patio recogiendo unas flores "Raíz de Tigre" llamada así por su coloración naranja con rayas negra de ahí el nombre. 
 
Era una planta muy difícil de sembrar ya que pedía mucho cuidado debido a eso no era sembrada en ningún lugar del continente dragón por su geografía. 
 
Debido a mi ingenio logre descubrir el cómo sembrarla por ende la tengo en mi patio camuflado como una flor silvestre gracias a mi padre. El motivo de tener esta planta era para ayudar a mi padre, y a mí en nuestro trabajo largo dentro del clan. 
 
La flor Raíz de Tigre es una Flor que sirve para relajar y bajar el cansancio en la persona sin tener ningún efecto secundario al cuerpo. 
 
En eso una de mis sirvientas más confiables llevaba un vaso de agua para proceder entregárselo, lo tomé con confianza ya que estaba cansada. 
 
Lo agarre con mis manos y lo bebí, para que luego todo a mi alrededor comenzará a dar vuelta la cabeza.
 
Fin del Recuerdo.
 
Con esto en mente, se dio cuenta que fue un complot del personal de ella, pensó: "Esto nunca lo vio venir ya que siempre los he tratado como un igual, ¿por qué morder la mano que le dio de comer?" 
 
Lo pensó con melancolía, por haber confiado así, nunca se imaginó que sus sirvientes se podrían revelar en contra de ella, tanto que desearan quitarle la vida, pensé: "¿Qué mal le he hecho, como para quererse deshacer de ella de esta forma?" 
 
Luego de pensar sobre eso, por unos minutos esta línea, recordó quién era, pensó: "Soy Thiara Monte Xiu, la Srta. heredera del clan Monte, vivo en el continente DRAGÓN, en la capital Yui" con esto en mente, se cuestionó el hecho de que esté ahí. 
 
—Murmuré: Pero... ¿yo qué hago aquí? ¿Por qué me trajeron en un lugar tan peligroso que incluso si fue perpetrado por mis sirvientes, este lugar está fuera del alcance de ellos, a menos que...? No pudo culminar lo que iba a decir, porque de repente un dolor horrible invadió su mente. 
 
—¡Ah...! Me comencé a revolcar del dolor, cada punzada parecía como si mil agujas de alfiler me atravesaran el cerebro, torturándome, causando gritos desgarradores que se escuchaban en toda la dirección. 
 
—¡Ah...! ¡Hash...! ¿Qué es este dolor?! 
 
Y comencé a rodar por el suelo del dolor, y por mi boca la saliva brotaba como perro rabioso, comencé a sentir que mi conciencia se iba desvaneciendo, pero como pude me traté de mantenerme cuerda, mi único pensamiento: "¡Si duermo, no podré despertar!" 
 
Con este pensamiento me mantuve cuerda, para que luego el dolor comenzará a disminuir, para que yo quedé tendida en el suelo como un féretro esperando a la hora de su entierro. Mi mirada se cernía en la nube.
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 CAP 2: La Caída del Clan Monte
 
En ese mismo lapso de tiempo en la capital Yui.
 
En la capital, Yui, el clan Montes se sumió en el caos debido a la ausencia de la segunda señorita. 
 
El patriarca, enojado, ordenó: "¡Reúnan a todas las personas de las demás residencias aquí y ahora, y también al sirviente de la segunda señorita, sin falta!" Su voz resonó en todo el patio, mientras su mirada se posaba en el mayordomo con una sonrisa siniestra. 
 
"¡Hoy, si no aparece ella, alguien deberá pagar con su vida por no haber cuidado a mi heredero!" pensó. 
 
La orden del líder causó movimiento y ajetreo en todos los patios de la residencia. Algunos estaban nerviosos, mientras que otros parecían tranquilos. 
 
En la residencia del Sol, las dos concubinas del líder, la matriarca Xizi Ri, viuda del antiguo líder, y sus dos hermanos con sus respectivas familias y servidumbre, se reunieron. 
 
Cuando el líder escuchó sobre la desaparición de la segunda señorita, se enfureció: "¿Alguien me puede dar una explicación detallada de dónde ha ido?" Su enojo envolvió a todos los presentes, y algunas sirvientas de la segunda señorita comenzaron a sentirse culpables. 
 
La matriarca intervino: "Hijo, cálmate, por favor."
 
El líder respondió: "¿Calmarme? ¿Es que acaso no te importa tu nieta? ¡Yo me fui a hacer mis labores por el bien del clan, y llegué para enterarme de que mi hija no está!" 
 
Rosa Monte, la primera hija del líder, media hermana de Thiara, habló con voz exasperada: "¡Padre, también somos tus hijas, y mi hermano también es tu hijo! ¿Es que acaso padre no nos reconoce?" 
 
El líder se sorprendió: "¿Por qué dices eso, primera señorita Shu?" Rosa pensó: "¿Por qué está diferencia con ella? ¿Por qué no puede ser igual que mis otras hermanas?" Reflexionó sobre su situación y la de sus hermanas: "¿No es el estatus? ¿Por qué si fuera así, todos los hijos Shu tendrían este mismo trato?" Llegó a una conclusión: "¿Será que él amó en serio a una sola mujer, y esa fue la esposa principal? ¿Aun así, por qué es tan frío conmigo y mi hermano?" Su odio y confusión la consumieron. 
 
El patriarca, confundido, observó a su hija sumida en el silencio.
 
Con ese pensamiento, Rose recordó cómo fue la primera vez que le hizo la misma pregunta a su madre.
 
Flashback.
 
Era otoño en el continente Dragón, y las hojas de los árboles comenzaban a teñirse como un arcoíris, creando un escenario colorido que jugaba con el blanco manto de la nieve. 
 
En ese momento, estaba en su habitación con su madre, que parecía más arreglada de lo normal. 
 
—¡Felicitaciones, primera señorita Shu! —dijo el mayordomo, entregándole un presente de parte de su padre—. Esto es para usted, primera señorita. El joven amo lo envió por su esfuerzo. 
 
Al escuchar esto, Rose sintió una punzada en el corazón y sus lágrimas querían salir, pero se las aguantó. 
 
—¿Padre no va a venir a felicitarme? —preguntó. 
 
El mayordomo la miró con lástima. —El amo está ocupado, primera señorita. 
 
En ese instante Rose recordó una escena en su mente: estaba jugando con su hermana menor, y su padre las trataba bien a ambas. 
 
—¿Por qué padre no me quiere? —le preguntó a su madre, con lágrimas en los ojos—. ¿Acaso no soy su hija? 
 
Su madre la golpeó y la abofeteó, dejándola sin comer durante tres días.
 
Fin del recuerdo.
 
Aquellas palabras que dijo en ese momento fueron un impulso de enojo y frustración. 
 
Desde entonces, Rose dirigió su enojo hacia su hermana menor. 
 
"Madre siempre me ha maltratado por no llamar la atención de padre", pensó Rose. "Quiero el amor de ambos, pero parece que eso es imposible. Me enfocaré en derrocar la injusticia del estatus para cambiar el clan." Con esta idea, comenzó a reír siniestramente, sin que nadie lo notara. 
 
—¡Basta! —dijo su padre, harto del silencio—. No tengo tiempo para resolver tu acertijo. 
 
Rose se sintió insultada de nuevo. 
 
—¡No, padre! Tú solo ves a mi hermana menor, en vez de ver el beneficio del clan primero. 
 
El líder se sorprendió. —¿Qué tiene que ver la desaparición de mi segunda hija con el beneficio del Clan? —preguntó—. ¿Desde cuándo salvar a una hija se convirtió en una desventaja para el clan? El líder reflexionó. —¿Acaso quieren que abandone a mi segunda hija solo porque el clan la ve como una desventaja? Se enfureció al pensar que alguien estaba manipulando el escenario por detrás. —¡Eres una egoísta! —le dijo a Rose—. ¿No ves que ella ha desaparecido y nadie se ha dignado a buscarla? 
 
Rose fulminó con la mirada a su padre. "Si tan solo una vez mi padre dejara de pensar en ella", pensó. "¿Por qué esta diferencia tan grande entre ella y yo? Si no puedo tener el afecto de mi padre, entonces destruiré todo lo que ame Thiara." 
 
Los parientes murmuraban entre sí. 
 
—No creo que la segunda hija sea apta para tomar el liderazgo —dijo el tercer tío—. ¿Miren la hora y todavía no llega? 
 
El segundo hermano del líder habló. —Hermano mayor, ¿no crees que estás exagerando el problema y regañando a tu primera hija por ella?
 
—¡Destrucción del Clan?! ¡No me hagas reír! —dijo el líder—. Aunque ella no tenga habilidades especiales, es considerada una persona corriente, pero tiene otras cualidades que ustedes no tienen. Por eso, la apoyo. 
 
El líder no quería revelar los detalles de qué hacía especial a su hija, para evitar filtrar información y causar más problemas. 
 
"Pensó en esa maldita mujer, que se mantuvo adherida a mí después de salvar a Su Majestad. No tendría que haberla mantenido en el clan", pensó. 
 
El segundo hermano se exaltó: —¡Hermano, estás demente! ¿Por qué nos quieres perjudicar a todo el clan? ¿Sabes que el fuerte es venerado y el débil es pisoteado? ¿Crees que esa basura puede ser considerada un genio? 
 
La habitación se sumergió en murmullos hirientes hacia la segunda señorita. 
 
 —¿Cómo puedes comparar a las grandes élites con ese don nadie? —dijo una de las hijas del segundo hermano. 
 
Otro ajoutó: 
 
—Ni un cerdo puede volar. 
 
La primera concubina, Xiomara Wei Lu, había sido la que hizo el comentario sobre el cerdo. Su intención era echar más leña al fuego. 
 
El segundo hermano continuó: —¿Crees que los demás clanes verán con buenos ojos esto? Nos causarán guerra y nuestro clan será exterminado. ¿Crees que Su Majestad intervendrá en esta guerra de clanes? 
 
La atmósfera se densó en la habitación. El líder estaba a punto de replicar, pero no se dio cuenta de que sus palabras habían sembrado discordia entre sus hijos. 
 
—¡Padre…! —dijo una voz dulce y lechosa. Era Mina Monte, la hija de la segunda concubina, de 9 años, clase guerrero, elemento tierra. 
 
—¿Eh…? ¿Te sucede algo, mi tercera hija? —preguntó el líder. 
 
—¡Padre, no nos quiere! Él prefiere que el clan muera por ella! —dijo Mina, con lágrimas en los ojos. 
 
Las voces se hicieron escuchar, rompiendo el ambiente denso. El líder quedó sucumbido en su pensamiento, viendo el odio y desprecio por su hija. 
 
"¿Qué está pasando aquí? ¿Nadie la ha buscado e incluso quiere que decline en buscarla? ¿Será posible que ellos le hayan hecho algo para desaparecerla?" pensó. 
 
El líder expuso sus quejas a los presentes: —¿Es este el verdadero rostro de esta familia? ¿Acaso ya olvidaron a la esposa principal y su contribución al clan? ¿Es esta la manera de agradecerle, despreciando a su hija? Además, Luna Xiu Lin es y será el gran amor de mi vida. 
 
La concubina, Xiomara Wei Lu, se acercó al líder con intención de cachetearlo, liberando su maná para fortalecer su fuerza. "Desde que llegué al clan Monte, siempre traté de complacerte. ¿Por qué no puede olvidarla a ella, esa maldita perra sigue en tu corazón? ¿Por qué?" pensó.

El líder, enfurecido por la actitud de Xioma Wei Lu, la agarró por el cuello y comenzó a ahorcarla. 
 
—¡Maldita! —dijo—. ¿No sabes ocupar tu lugar? Solo eres una concubina. 
 
Xioma Wei Lu sintió un escalofrío y pensó: "¡No hay duda, esta vez él va a cumplir su promesa de matarme con su propia mano!" Con voz casi intangible, dijo: —¡Suéltame! ¡Lo siento! Nadie quería defenderla, ni siquiera la matriarca, ya que sabía que lo que había hecho Xioma estaba mal. 
 
Una voz preocupante se hizo escuchar: —¡Para... por favor! ¡Padre... es madre, no la mates! —dijo Rose Monte. 
 
El llanto de un recién nacido, Carlos Monte Wei, de 2 meses, se escuchó en la habitación. El ambiente se volvió caótico. 
 
Rose Monte empujó a su padre, permitiendo que Xioma Wei Lu escapara de su agarre. 
 
Xioma comenzó a toser. —¡Tos, tos, tos...! —dijo. 
 
El líder se cuestionó la conducta de Rose: "¿Cómo puede ser posible que una hija mía se atreva a cuestionar mis acciones de esta forma?" Se levantó y le dio una oportunidad a Rose para que se justificara. 
 
—¡Hija poco filial! —dijo—. ¿Tienes la osadía de levantar tu mano contra tu padre? 
 
Rose lo miró con cara cenicienta: —¡Padre... acaso madre necesita ser tratada así! ¿Es que acaso madre no vale nada para ti? Yo he contribuido al clan con méritos. ¿Si la mata, mátenme a mí y a mi hermano? De nada sirve vivir sin madre. 
 
Los presentes se exaltaron y se arrodillaron: —¡Piedad por la primera señorita! ¡Por favor... sálvela líder! 
 
El líder hizo una mueca de desdén: "¿Suplican por una concubina y sus hijos, pero no por la hija principal? ¿Cómo pueden ser tan ingratos con la verdadera heroína que salvó el clan?"
 
Fernando maldecía en su interior por no matar a la asesina de su mujer, Xioma Wei. 
 
Flashback 
 
Era una noche de tormenta en el continente Dragón, en la ciudad de Yui. 
 
En la Gran Sala de Residencia del Sol, Luna Xiu y Fernando estaban durmiendo plácidamente. 
 
La felicidad era palpable, especialmente porque Luna Xiu estaba embarazada. Sin embargo, había una sombra en su felicidad: Xioma Wei, la concubina que también estaba embarazada del líder. 
 
La noche cambió cuando llegó una orden del emperador. Fernando se marchó, dejando a su esposa preocupada. Esa misma noche, Xioma Wei contrató a mercenarios para matar a la esposa principal y al bebé que llevaba en su vientre. 
 
La batalla fue intensa, pero Luna Xiu, debilitada por el embarazo, sucumbió. Los asesinos descubrieron que el bebé tenía una gran cantidad de mana y decidieron dejarlo vivo para refinar una pastilla de grado alto. 
 
Fernando llegó justo a tiempo para salvar a Luna Xiu, pero no pudo evitar que le arrancaran a su hijo de la barriga. La pérdida de su hijo causó un profundo quiebre emocional en la pareja. A pesar de todo, Fernando y Luna Xiu volvieron a encontrar la felicidad con la llegada de su segunda hija, Thiara. Sin embargo, Xioma Wei no se rindió. Utilizó a su hijo para acercarse al líder y sembrar discordia. 
 
Fin del Flashback 
 
Fernando recordó su frustración y odio hacia Xioma Wei. Mientras tanto, Rose M pensaba que el silencio de su padre era debido a la súplica de los presentes. 
 
—¡Padre... perdone a madre su falta! —dijo Rose—. Ella ya comprendió su error. 
 
Fernando recordó la noche en que perdió a su esposa. 
 
Había ido al establo a domar un caballo loco, pero su esposa y su hija aparecieron de repente. 
 
El caballo se desató y pisoteó a Luna Xiu, matándola. La muerte de Luna Xiu cambió la vida de Fernando. Se perdió en su dolor y abandonó a su segunda hija, pero luego se arrepintió. 
 
Descubrió la verdad sobre las dos tragedias que marcaron su vida y se enfureció. Fue en busca de Xioma Wei, pero ella había salvado al emperador de una persecución. 
 
El emperador, agradecido, le concedió tres deseos a Fernando, siempre y cuando no matara a Xioma Wei. 
 
—1. Mi segunda hija será mi única heredera. 
—2. No habrá esposa principal. 
—3. Lo guardo para el futuro. 
 
El emperador se sorprendió, pero aceptó los términos.
 
El líder volvió en sí al escuchar la voz de su primera hija, Rose M. 
 
Sin embargo, ignoró su súplica y se centró en encontrar a su segunda hija, Thiara. 
 
— ¿Dónde está Thiara Monte? — gritó, repitiendo la pregunta. 
 
Rose M se sintió ignorada y acumuló resentimiento. — ¡Padre ya no es apto para ser líder! — exclamó —. ¡Padre, tu fascinación por esa basura te ha cegado! Yo soy más apta que ella, por lo tanto, yo merezco ser la líder. 
 
La familia se unió a Rose M, apoyando su reclamo. 
 
— ¡Aquí en este clan no aceptamos a los débiles! — corearon —. ¡No queremos que una basura nos lidere! ¡Queremos como líder a la primera señorita! 
 
El líder se sintió cuestionado y perdió la calma. 
 
— ¿Por qué lastimar a lo que más quiero, a mi única hija nacida de Luna Xiu? — preguntó con indignación. 
 
Rose M se enfureció aún más. — ¿Quién ha dicho que una hija de concubina no es igual que una hija principal? — pensó. 
 
Myriu Monte Niu, el tercer hermano, habló: — Hermano, si no hay testigo, no hay evidencia... ¿no crees que tu primera hija es un genio? 
 
El líder estalló de rabia. — ¡Tu...! ¡Te voy a matar, los matare a todos si le hicieron algo! 
 
El segundo hermano protegió al tercer hermano con su chi. Los espectadores se asombraron al ver la espada de fuego del líder. 
 
— El líder va en serio en matar a su tercer hermano — pensaron
 
Nadie quería ver el resultado del ataque del líder contra su tercer hermano. Sin embargo, el segundo hermano había protegido a su hermano con una barrera sin que nadie se diera cuenta. 
 
La matriarca y los demás familiares intervinieron: 
 
— ¡Deténganse hijos! ¡No lo mates! — gritó la matriarca. 
 
El líder se detuvo, pero ya era demasiado tarde.
 
El impacto se produjo, y el humo llenó la habitación. Cuando el humo se dispersó, todos se quedaron atónitos al ver al líder muerto, atravesado por la mano de Rose M. 
 
— ¿Cómo es posible esto? — se preguntaron. 
 
Rose ordenó: — ¡Levanten el cuerpo y lleven a la matriarca a su cuarto! Será retenida hasta mi segunda orden.
 
La matriarca, viuda, se enfureció: — Tú..., te atreves en ir en contra de los principios del clan, encima asesinaste a tu padre. 
 
Rose respondió con desdén: — ¿Crees que no sé lo que tratas de hacer? Todo se puede justificar siempre y cuando los testigos estén a favor. 
 
La tensión aumentó mientras los sirvientes dudaban qué hacer. 
 
— ¿Qué hacer? ¿Si era necesario encerrar a la matriarca? ¿Cómo arreglará esto la primera señorita? — se preguntaban. 
 
Rose continuó: — ¿Qué si yo fui quien mató a padre? Lo hice por defensa propia, para salvar al tío. 
 
Esta nieta es apta para el puesto del líder. 
 
La matriarca se enfrentó a Rose: — Tú no tienes derecho a liderar. Has roto los principios del clan. 
 
Rose sonrió: — La debilidad de la armadura la descubrí gracias a ti. Debería darte gracias por ayudarme a deshacerme de padre. La escena se volvió aún más tensa.
 
La sala se llenó de susurros mientras la matriarca se ponía nerviosa, enojada y llena de culpa. 
 
No pudo aguantar más y reprochó: —¡Es mentira…! Yo jamás estaría de acuerdo en que mis hijos se maten. ¿Cómo iba a permitir esta barbaridad? Si hubiese sabido que tú, una hija de concubina, ibas a usurpar el liderazgo, te hubiera matado desde un principio. 
 
La matriarca viuda dijo esto con ojos llenos de sangre, mirando a Rose, quien se encontraba tranquila, como si el reclamo no fuera con ella.
 
—¿Si eso no te inquieta, entonces debo convencer a la familia? —se dirigió a su hijo con cara cenicienta y llena de arrepentimiento—. Si hubiera sabido que esta información sobre la armadura iba a hacer que tu monstruo asesinara al líder, no te hubiese ayudado. Además, mis hijos jamás me alzarían la mano a su madre. El emperador no va a aceptar esto, aunque los ancianos estén de acuerdo. 
 
Rose, al escuchar esto, se estaba llenando de frialdad hacia la matriarca, ya que lo que más detestaba eran los chantajes y las insinuaciones. 
 
—Tu tienes mérito, puedes justificar tus acciones, pero ¿crees que la rama principal te apoyará? —dijo la matriarca. 
 
No pudo terminar de hablar, ya que fue interrumpida por una risa de loco producida por Rose. 
 
—¿En serio estás hablando, o es que la edad te ha vuelto senil? ¿No te has puesto a pensar por qué ninguno de los Hovedgren se ha puesto de tu lado? ¿Lo natural es que ellos estén de tu lado? ¿No? —dijo Rose con sarcasmo, mientras una sonrisa florecía en sus labios. 
 
La matriarca se despelujó al escuchar esto y mirar la sonrisa de Rose. Buscó una respuesta en los Hovedgren presentes, pero cada uno de ellos trató de evitar su mirada. 
 
—¿Es que acaso creen que una hija de concubina puede subir al poder? ¿No se han puesto a pensar en nuestro prestigio? ¿Creen que ustedes, nacidos de la rama principal, son iguales a los hijos de concubina? —dijo la matriarca. 
 
Estas palabras hicieron pensar a todos, y las últimas frases de la matriarca afirmaban que ella tenía preferencia hacia el hijo mayor. 
 
—¿Si hubiese sido el tío en lugar de padre, sería la matriarca reprocharle como me hace a mí? ¿O lo dejaría pasar? —recordaron las palabras de Rose. 
 
De repente, todos los Hovedgren dijeron al unísono: —¡Estamos de acuerdo en que ella esté en el poder! Estas palabras fueron como una bofetada directa a la cara de la matriarca, que la hizo caer en estado de shock. 
 
Flashback 
 
La matriarca, Xizi Ri, recordó su infancia en una primavera calurosa en la zona rural del continente Dragón. Su clan, los Rui, había caído en la pobreza después de una época dorada. 
 
Las concubinas pidieron su divorcio y regresaron a su hogar materno. Xizi Ri creció en esta pobreza, pero siempre escuchó la espina de los mayores sobre recuperar el honor perdido. 
 
Sin embargo, a medida que crecía, la carencia se hacía notable, y la presión de los padres también. Los hermanos varones eran obligados a estudios intensos, mientras que las mujeres eran tratadas como esclavas hasta que se casaran. 
 
Fin del flashback 
 
Los sirvientes anteriores llevaron a la matriarca a su patio, Bellatrix, y la pusieron bajo arresto domiciliario. —Murmura: Ya va amanecer, así que anuncie a todos la muerte del líder y de mi hermana —dijo Rose.
 
—¿Cómo murieron? —preguntó uno de los presentes, con curiosidad. 
 
Rose se detuvo por un momento, como si estuviera recordando los detalles. —Digan que mi hermana fue a la cueva del silencio sin sus guardias, que ella quería probar que no era una inútil, pero fue interceptada por una bestia espiritual y murió —explicó Rose, con una voz tranquila y controlada—. Cuando nos enteramos que fue a la cueva del silencio, fuimos a enviar ayuda, pero cuando llegamos, la vimos tirada en el piso, sin aliento de vida y desfigurada. Un cuerpo difícil de diferenciar, pero la distinguimos por el anillo de plata en forma de fénix que llevaba en su mano derecha, ya que era la reliquia de su madre que se lo había dado. 
 
—Y ¿qué hay de nuestro líder? —preguntó otro de los presentes. 
 
Rose se encogió de hombros. —Padre fue a la cueva del silencio, a pesar de nuestra advertencia, y también cayó víctima de la bestia espiritual. Su cuerpo estaba demasiado dañado como para reconocerlo, pero el anillo de fénix que llevaba en su mano nos permitió identificarlo. 
 
La habitación se llenó de murmullos y susurros, mientras los presentes procesaban la información. 
 
—¿Qué vamos a hacer ahora? —preguntó alguien. 
 
Rose se puso de pie, con una mirada firme y decidida. —Ahora, debemos tomar medidas para asegurar nuestro futuro. Quiero que todos estén listos para la ceremonia de duelo mañana. Y después, comenzaremos a planificar nuestro próximo movimiento. 
 
La habitación se llenó de un silencio tenso, mientras los presentes consideraban las palabras de Rose.
 
Rose se detuvo para reflexionar. "¿Es verdad que la cueva del silencio no es un lugar que se va solo? Incluso el más fuerte va acompañado, ya que hay cierto rumor que dice que hay una bestia sagrada ahí, y es por ello que el lugar es peligroso." Ella no creía en esa leyenda, pero sabía que el lugar era peligroso por experiencia propia. 
 
—Murmura: Si pregunta ¿por qué fue solo? Ustedes dirán 'No quería que nadie le ayudara' no sabemos qué pasó de ahí, pero fue asesinado nuestro líder. Algo se le vino a la mente. "¿Es verdad que él usaba una armadura otorgada por el emperador? Es muy raro que alguien que va a un lugar peligroso no la lleve, pero eso no significa que el tenerla la haga invencible." 
 
Volvió a hablar al presente. —Murmura: Si pregunta ¿cómo es que alguien de su categoría pudo ser derrotado? Ustedes dirán que padre era poderoso, y su armadura, pero allá afuera hay personas más fuertes que uno. Tal vez ofendió a alguien debido a su relación con mi hermana, y eso lo llevó a su muerte. Cuando buscamos a padre, no parecía que hubiera enviado mensajeros pidiendo ayuda, y cuando lo encontramos, estaba tirado en el suelo con un hueco en su pecho. Eso sugiere que fue un asesinato, no un ataque de una Bestia Espiritual. 
 
Comenzó a sumergirse en sus pensamientos. "Un muerto no puede hablar, así que todos asumirán lo que dije." 
 
Fue interrumpida por Myriu Monte. —Murmura: ¿Hoy se realizará un funeral, pero solo hay un cuerpo, qué le diremos del otro? 
 
En ese momento, la puerta se abrió y un hombre extraño entró con algo envuelto en plástico. Todos se pusieron en alerta. 
 
—Hiciste lo que te pedí —dijo Rose. 
 
El hombre saludó formalmente a Rose, ignorando a los demás. 
 
—¡Ama, conseguí un cuerpo con la misma estatura de la primera señorita, y su misma proporción! Solo lo diferente es su rostro. 
 
—Mmm... Ya veo, no importa, desfiguren el rostro del cadáver y háganla pasar por la primera señorita. Hagan todo lo posible para que se parezca —dijo Rose sin remordimiento. 
 
Las palabras de Rose llenaron de horror a los presentes. 
 
Tercer tío, ya tengo todo arreglado y calculado —dijo Rose. 
 
—¿No es muy pronto para asumir el poder? ¿Cómo puede asegurar que los ancianos te acepten? —preguntaron los presentes. 
 
Rose sonrió curvada y sacó un objeto de su bolso. Todos quedaron petrificados. Era un jade tallado en forma de oso, la insignia de ser alumno de uno de los grandes maestros de los 5 continentes. 
 
—No importa el talento que tenga, ni mis antecedentes que adquiera, sino naces siendo una hija Shi, todo lo que haga será en vano. ¿Es como un loro que desee ser una gaviota? Por mucho que se esfuerce, la pluma del ave no cambiará. Es por ello que necesito la ayuda de todos para tener un mejor trato —dijo Rose. 
 
Mostró el jade a todos como símbolo de su poder. 
 
—Vean esto, yo no pienso caer ni dejar caer a quien me siga. Si el clan me da su lealtad, yo, Rose, no voy a dejar caer a este clan en vergüenza. 
 
 Al iniciar el día, se hizo como ella planeó.
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RESUMEN CAP 1.

Thiara Monte Xiu, la heredera del clan Monte, despierta en la Cueva del Silencio después de ser traicionada por sus sirvientes. No recuerda cómo llegó allí.

Flashback

Thiara recuerda estar en su patio recogiendo flores "Raíz de Tigre" y beber un vaso de agua que le entregó su sirvienta, lo que la hizo desmayar.

Despertar Thiara se despierta en la cueva y se da cuenta de que ha sido traicionada. Siente un dolor horrible en su mente y cuerpo, pero logra mantenerse consciente. 

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CAP 3:  La Traición y el Salvador 
 
En la oscuridad de la Cueva del Silencio, Thiara Monte Xiu luchaba por recuperarse del dolor y la confusión. 
 
Después de horas tendida en el frío suelo, logró sentarse y mirar a su alrededor. La oscuridad era total, pero su instinto le decía que estaba en peligro. De repente, sintió algo húmedo en su labio y se dio cuenta de que estaba sangrando. Se limpió la sangre con su manga y comenzó a analizar su situación. 
 
Estaba en una cueva, pero ¿cómo llegó allí? ¿Por qué la traicionaron? Thiara recordó su vida en la Mansión Monte, donde siempre se sintió vulnerable ante sus primos y media hermana. Ellos la intimidaban y la humillaban, pero su padre siempre la protegía. Sin embargo, ahora se cuestionaba si su padre sabía lo que había pasado. 
 
Flashback: 
 
La Infancia Era un día como cualquier otro en la Mansión Monte. Thiara, una niña de seis años, estaba rodeada por sus primos y media hermana en el patio de la Residencia del Sol. 
 
Ellos la golpeaban y la insultaban, pero ella solo lloraba, sin poder defenderse. 
 
—¿No puedes creer que alguien nacida de la esposa principal sea tan débil como tú? —le decían. 
 
Thiara se sentía culpable por ser débil y no poder protegerse. Se retiraba, intentando escapar del dolor y la humillación. 
 
Regreso al presente 
 
Thiara se sacudió el recuerdo y se centró en su situación actual. Estaba en una cueva peligrosa y no sabía cómo salir. 
 
De repente, vio una fogata en la distancia y se dirigió hacia ella, esperando encontrar ayuda. Pero cuando se acercó, vio que era una rata de fuego de un metro de altura, con pelaje escarlata y cola como antorcha encendida. 
 
—¡RAG! —rugió la rata de fuego. 
 
Thiara se quedó petrificada de miedo. Pero justo cuando la rata de fuego se acercaba, una luz intensa iluminó la cueva, haciendo que la rata de fuego se aturdiara y huyera. 
 
La luz se desvaneció, revelando a un hombre de unos 30 años, con aura de emperador de hielo y belleza hipnótica. Llevaba una túnica blanca con cinturón amarillo y la miraba con ternura. 
 
Thiara se quedó asombrada por la belleza del hombre y su valentía al salvarla.
 
La mirada de Thiara se encontró con la del hombre desconocido, y el silencio reinó. 
 
Al darse cuenta de que ella no decía nada, él carraspeó, sacándola de su ensimismamiento. 
 
Thiara se sonrojó, sintiéndose avergonzada. 
 
"¡Oh por los dioses, le quede mirando de esta manera torpe a ese hombre desconocido, capaz que piense que estoy enamorada de él, que soy una fácil...!" pensó. 
 
El hombre sonrió ligeramente, escuchando sus pensamientos. Se dio cuenta de que ella estaba tímida y no quería hacerla sentir incómoda. 
 
—¡Lo siento, no es lo que usted piensa! —dijo Thiara, nerviosa. —¿Eh...? ¿Según tú... qué debo pensar? —respondió él, con una sonrisa. 
 
Thiara se sintió incómoda y él se dio cuenta de que había lastimado su corazón. 
 
—¿Te encuentras bien? Disculpa si te incomodé —dijo, preocupado. 
 
—Sí lo estoy... —respondió Thiara. 
 
—Mi descendiente, por fin nos conocemos —dijo él, con alegría. 
 
Thiara se quedó pasmada. —¿EH... bueno, escucha tengo algo que decirte, pero antes te contaré una historia —dijo él. —¿Qué cosa tiene que contarme, y por qué una historia? ¿Por qué me llamaste descendiente? —preguntó Thiara. 
 
—Tú tienes razón en desconfiar de mí, pero te pido una oportunidad. ¿Tú deseas tener alguna clase o talento? —preguntó él. 
 
Thiara se exasperó. —¡No me tomes de idiota! ¿Quién te ha contratado? ¿Acaso tú me trajiste aquí?! —dijo. 
 
El hombre escuchó sus pensamientos y se dio cuenta de que había tocado un tema sensible. 
 
—Por favor escúchame. Yo jamás te haría daño, solo te pido una oportunidad —dijo, preocupado. 
 
Thiara miró sus ojos y vio la sinceridad en ellos. —Okey, dime. Igual estoy en desventaja e indefensa —dijo. 
 
Flashback: El Origen de la Condena 
 
A principio del universo, los dioses crearon cuatro bestias sagradas y el planeta Rasvjeta. 
 
Un mundo donde los dioses y las bestias sagradas convivían con los humanos en armonía. El ave fénix se casó con Luna en la tierra, ocultando su verdadera naturaleza. Sin embargo, las demás bestias sagradas se dieron cuenta de su relación y se preocuparon por la posible consecuencia de su unión. 
 
—¿Cómo pudo su hermano engañarla así? —se preguntaron. 
 
Después de investigar a Luna, concluyeron que no tenía mala intención y decidieron no intervenir. Sin embargo, pronto descubrieron que los hijos del fénix tenían habilidades y poderes excepcionales, lo que los convertía en híbridos prohibidos. 
 
El fénix reveló su verdadera naturaleza a Luna, quien lo aceptó sin reclamos. Juntos decidieron proteger a sus hijos y mantener su relación en secreto. Pero el secreto no duró mucho. El soberano del cielo, Zeus, se enteró de la existencia de los híbridos y se enfureció. 
 
—¿Por qué Zeus no ha hecho nada hasta ahora? —se preguntó Apolo. 
 
Apolo informó a Zeus sobre la situación, y este dictó un edicto que condenaba al fénix a cadena perpetua en el Tártaro y ordenaba borrar los recuerdos de Luna sobre su relación. 
 
—¡Perdónelo, su majestad! ¡Ese castigo es demasiado fuerte! —rogó el público. 
 
Los hermanos del fénix intervinieron: —¡Alteza, ellos se aman! ¡Permita que el ave fénix proteja a sus hijos! Justo entonces, Apolo llegó con un nuevo informe que cambió todo. 
 
—Vaya, vaya... ¿Quién iba a creer que el destino te salvara de este castigo? —dijo Zeus. 
 
El soberano revocó la condena, pero con una condición.
 
—Cuidarás de tus descendientes, pero ella te olvidará, y tus hijos no deben saber de ti —dijo Zeus. 
 
Además, Zeus ordenó: —Me debes traer al descendiente de ti que tenga una marca de fénix en su cuerpo y se lo darán a la diosa Artemisa. 
 
El fénix se comprometió a cumplir con la orden y juró no revelar su verdadera identidad a sus descendientes. 
 
—No me importa lo que hagas, siempre y cuando recuerdes lo que te dije con respecto a tu sentimiento por esta humana —dijo Zeus. 
 
El ave fénix asintió, pero en su corazón sabía que su amor por Luna no cambiaría. 
 
Regreso al presente
 
Se detuvo para tomar aliento, para mirar a la chica que estaba muy atenta a él, y no tenía nada en su mente que no fuera conocer al fénix. 
 
Le desanimaba la idea última de ella, pero no podía hacer nada más que seguir hablando lo más corto posible, ya que el tiempo se acortaba para ella. 
 
—Volvió a hablar—. ¿Quién de tus padres es el que posee la descendencia? 
 
Thiara se tomó unos minutos antes de responder, buscando una respuesta clara, pero el fénix intervino, como si hubiera escuchado los pensamientos de Thiara. 
 
—Fue tu madre —dijo el fénix—. Ella es la que posee la descendencia. 
 
Al escuchar eso, Thiara comenzó a recordar unas palabras que había dicho el fénix anteriormente: 
 
"Yo solo soy un subordinado del rey fénix, es por ello que mi forma es más pequeña, pero mi deber consiste en cuidarte, mi princesa". Se preguntó a sí misma: ¿Si es solo un subordinado, cómo lo convierte eso en mi pariente? ¿Son dos situaciones distintas? 
 
El fénix sonrió ligeramente, como si hubiera escuchado los pensamientos de Thiara. 
 
En nuestra sociedad hay familia, y él no era el único hijo de la familia real del Clan fénix. A pesar de que no tuvo más hijos aparte de su descendencia del planeta Rasvjeta, él tuvo hermanos. 
 
Lo que quiero decir es que soy tu primo lejano, y por nuestra edad sería tu tío/abuelo. 
 
Thiara se sintió satisfecha con esa respuesta. ¿Mis parientes saben de mí? ¿Ellos también quieren conocerme? 
 
El fénix respondió, como si hubiera leído su mente: No todos te odian, pequeña. Algunos simplemente no entienden. 
 
El fénix se sintió incómodo por lo que pensó ella: "Yo nunca he tenido pariente que me quiera, aparte de mi padre. ¿Sería lindo saber que mis otros parientes me quieren?". Verás, soy una híbrida, y algunos dioses o bestias sagradas no ven con buenos ojos a lo que son como tú, dijo el fénix con pesar. 
 
Thiara se sintió conmocionada por sus palabras. ¿No se supone que los dioses deberían ser más benevolentes? ¿Y si llevamos algo de parentesco, deberíamos llevarnos bien? 
 
El fénix respondió: No todo son de mente estrecha, ¿sabes? Algunos te aceptarán por lo que eres. Pero hay cosas que no puedo decirte, pequeña. Cosas que están más allá de mi autoridad. 
 
Thiara sonrió. No te preocupes, me alegra tener un ancestro como el fénix, y agradecido por nacer y haber conocido a mis padres. .... 
 
¿Qué hacías en esta cueva, digo, no, ya que eres catalogada como una persona normal?, preguntó el fénix. 
 
Mi servidumbre conspiró contra mí, para luego terminar aquí, respondió Thiara con tristeza. 
 
El fénix más o menos sospechaba, por las imágenes desfragmentadas. 
 
Si me di cuenta, pero me parece que te odian tanto, porque te dieron veneno, pero sí despiertas tu clase, podría eliminar aquel veneno. ¿Por qué odiarte de esa forma? ¿Es que acaso eres una mala dama que abusó de su gente? 
 
Thiara pensó: "¿Por qué me odian tanto?"
 
Thiara murmuró: No puedo acusarla debido a que no tengo todo bien claro, así que me abstengo de hablar mal de mí misma. Pensó: "Yo nunca fui mala con nadie, los traté con justicia y benevolencia, aun así, mi propio personal me traicionó" 
 
El fénix escuchó sus pensamientos y se dijo: "No sé cómo tranquilizarte, pequeña, pero sé que tú te mereces el poder"
 
—¿Qué clase de veneno me dieron?, preguntó Thiara con una cara melancólica. 
 
—Uno que te matará en unas 3 horas, si no despiertas tu clase, respondió el fénix. 
 
—¡Qué...! ¡No bromees...!, exclamó Thiara. 
 
 —¡Que no...! ¡No bromeo, es verdad!, gritó el fénix. —¿Qué debo hacer para despertar mi clase?, preguntó Thiara. 

Mientras tanto, Thiara seguía pensando. De repente, el fénix ya había respondido y comenzó a hacer un pentagrama en el piso, sin que se diera cuenta. 
 
 —Murmura: Una vez que active el pentagrama, una luz te rodeará. Al principio te va doler, debes aguantar el proceso. Te aseguro que esto es lo más seguro que tengo. 
 
A escuchar eso, Thiara volvió en sí, pero era tarde como para reaccionar. 
 
Él había activado el pentagrama y la luz la envolvió. En medio del proceso, comenzó a sentir como la sangre de todo su cuerpo comenzaba hacerse como ondas de mar moviéndose de un lado a otro, como si estuviera revisando algo.
 
Hasta que terminó el análisis del pentagrama, las ondas que sentía en su ser se tranquilizaron. De repente, un dolor comenzó a surgir en todo su ser, haciéndola sudar en frío. Luego, algo espeso y viscoso salió de sus poros y cayó de rodillas mientras se encogía de dolor. 
 
—¡Qué me está pasando, fénix! ¡Ah...! 
 
—Es natural, mi niña, dijo el fénix calmadamente. El veneno está saliendo de tu cuerpo a través de tus poros. 
 
A escuchar eso, Thiara se relajó y luego cayó en un sueño profundo. El fénix la miró con una mirada intensa. "Pronto despertarás, pequeña. Y cuando lo hagas, todo cambiará"
 

___________________________________________________________________________________________  RESUMEN CAP 3:

Thiara, creyendo estar muerta, es encontrada por el fénix, que se hace pasar por un primo lejano. Él la ayuda a despertar su clase y eliminar el veneno que le dieron sus sirvientes traicioneros. 

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CAP4: Despertar en el Continente Luna.
 
En el palacio de cristal del continente Luna, una jovencita de 13-14 años, Thiara M., descansaba en una de las habitaciones de invitados. 
 
Llevaba días durmiendo desde que un misterioso hombre la rescató de la Cueva del Silencio y la trajo a este lugar. 
 
El hombre, que se hacía llamar "Fénix", sentado junto a su cama, nunca se alejó de ella. 
 
Thiara sabía que el verdadero Fénix era una bestia sagrada, un descendiente legendario que había conocido en la Cueva del Silencio. Sin embargo, este hombre se presentó como un sirviente del rey Fénix, un pariente suyo que servía al verdadero Fénix. 
 
Thiara recordaba la historia turbia de la creación del planeta, los conflictos entre dioses y híbridos, y por qué los dioses se mantenían alejados del planeta. 
 
La Cueva del Silencio le había revelado secretos sobre el verdadero Fénix, pero este hombre parecía ser un misterioso intermediario. 
 
Era hora de la limpieza, y dos sirvientas híbridas, una con orejas de lobo y otra con orejas de conejo, se dirigieron a la habitación. Al entrar, hicieron su saludo formal a Fénix y comenzaron a cambiar las sabanas y flores. La sirvienta con orejas de lobo notó a Thiara mordiendo una almohada y se rió. 
 
La escena atrajo la atención de Fénix, quien también se rió. Sin embargo, la risa cesó cuando Thiara despertó. 
 
-¡Cállense, no seas ruidoso! -exclamó Thiara, levantándose y bostezando. 
 
Fénix la abrazó impulsivamente, con lágrimas en los ojos. -Por un momento creí que nunca ibas a levantar 
 
-susurró. -¿Qué pasa? ¡No me estrujes demasiado, duele! -protestó Thiara. 
 
Fénix la cambió de posición y le acarició la mejilla. -¿Cómo te sientes? 
 
-¡Hmm...! Pues con energía, pero me duelen los músculos. 
 
Fénix ordenó a las sirvientas que llamaran al médico Nix. 
 
Thiara se sintió conmovida por la preocupación de Fénix y le agradeció. 
 
-¡Gracias por lo que hiciste por mí! 
 
Al secar las lágrimas de Fénix, Thiara miró la habitación con inquietud. 
 
 -¿Dónde estoy, qué es este lugar? 
 
Fénix respondió: -Estás en el palacio del rey Fénix. 
 
Thiara se sorprendió. -¿Por qué me trajo aquí? 
 
Fénix sonrió. -Pronto lo sabrás
 
De repente, el sonido de la puerta interrumpió la escena. La puerta se abrió, permitiendo entrar a tres personas: las dos sirvientas que estaban antes y un joven con aspecto de centauro. 
 
Al verlos, Thiara comenzó a gritar. -¡Auxilio... monstruo! -exclamó, sujetando el brazo de Fénix mientras apuntaba hacia las tres personas, que se habían quedado petrificadas por su grito. -¡Sálvame de ellos, tío Fénix! ¡Papá, dónde estás! -gritó. 
 
Estas palabras causaron un cortocircuito en todos en la habitación. 
 
La sirvienta con oreja de lobo se enojó por cómo los llamó. -Deja de ser grosera -dijo, pero Fénix le hizo una mirada asesina, como para decirle que si quería mantenerse con vida, era mejor que cuidara sus palabras. 
 
-Disculpe, mi lord -dijo la sirvienta, inclinando la cabeza. 
 
La otra sirvienta, la de oreja de conejo, le sujetaba la mano para tranquilizarla. Fénix cambió su mirada y miró a Thiara, que le sujetaba el brazo, tratando de tranquilizarla. 
 
-Para ya... no te harán daño -dijo. 
 
Thiara lo miró con cara de cachorro herido. -¿Qué es esta mirada que me haces, tío Fénix? -preguntó. 
 
-No me dejes con esos monstruos come humanos -dijo Thiara. 
 
-¿Qué cosas te dio tu padre para que tengas este tipo de concepto hacia los híbridos? -preguntó Fénix-. ¿Así me olvidé? Has vivido en un mundo encerrado. ¿Espera? ¿Por qué no veo tus pensamientos? 
 
El centauro estuvo petrificado desde los gritos que puso Thiara, pero esa última palabra fue el colmo para él. 
 
-Si esta joven cree que somos monstruos, ¿por qué no la trajiste aquí? ¿O es para exponer cómo nos ven los de afuera? Si es así, me voy -dijo. 
 
Fénix sabía bien el orgullo que tenía este centauro y más cuando lo trataba como lo estaba tratando Thiara. 
 
-¡Espera, lo siento por cómo se comportó! -dijo Fénix con voz suplicante-. Pero necesito que la veas, piedad. 
 
El centauro arqueó su boca. -¿Crees que ella va a dejar que la vea? ¿Es mejor que primero la haga ver que ella también es un monstruo y que aterrice? Ahí veré -dijo antes de irse, tirando la puerta. 
 
Al escuchar estas palabras, Thiara se sintió inquieta y reflexionó. 
 
-¿Yo también soy híbrida, pero no soy monstruo; entonces, no significa que todos los seamos. ¿Qué son estos colores que veo en los corazones de las personas que están en la sala? 
 
Fénix la sacó de su pensamiento con un suave golpe. 
 
-¿Estás bien...? -preguntó. -¡Para... para! Estoy bien, deja de batirme -dijo Thiara. 
 
Fénix suspiró de alivio y luego la miró detenidamente. -Parece que has cambiado -dijo. -¿En serio? ¿Tú crees... capaz sea que me ves más madura? -preguntó Thiara, sonrojándose. 
 
-¿Eh? No es eso... Tu despertar trajo algunos cambios físicos en ti... -dijo Fénix. 
 
-¿Ah...? ¿Qué te refiere con cambios físicos? ¡Pásame el espejo! -exclamó Thiara. 
 
Las sirvientas, que estaban paradas ahí, la miraban con cara de querer ver un espectáculo. 
 
Sabían que Fénix podía leer mentes, por lo que trataban de no exponer sus pensamientos. 
 
-Como desee, mi lord -dijo la sirvienta con oreja de lobo, mientras traía el espejo. 
 
Thiara miró a la persona que le trajo el espejo y se sumergió en sus pensamientos.

Thiara mira la persona quien le trajo el espejo, era la que tenía oreja de lobo; Thiara se sucumbe en su pensamiento [¿Por qué tiene ese color plomo en su corazón?] causándole miedo por el cual tenía a principio dudas en aceptarle el espejo además también por lo que era hibrida por ende lo rancho de la mano, haciendo que la persona que lo trajo se disgusté por aquel acto. 
 
El fénix al darse cuenta aquel acto decoroso que hizo ella, lo único que pudo hacer es pedir disculpa a las sirvientas, mientras que ella se mira su reflejo. 
 
Se escucha el crujir del espejo que estaba sosteniendo Thiara mientras que susurraba 
 
–es mentira… tiene que ser una broma. 
 
De repente ella grita entre lágrimas 
 
–dice: ¡fénix que me ha pasado! ¡Este no es mi apariencia, que me has hecho! 
 
El fénix la lleva a sus brazos para que llore mientras que le sobaba la espalda ¡ya, ya, no es tu culpa, tranquila! 
 
Esto causo que las dos sirvientas se regocije de la desgracia de esta joven que había escupido esas palabras acida hacia los híbridos. 
 
De repente Thiara dejo de llorar y se desata del abrazo del fénix. 
 
- ¡Explica, porque este cambio! Esto lo dijo de manera fría, a escuchar estas palabras el fénix se puso serio. 
 
- Veras… en sí, esta es tu verdadera forma, debido a que tu sangre no despertaba viviste en un caparazón, viviste en una mentira. 
 
- ¡Que…! Estas mintiendo… Luego se comenzó hacer bolita mientras –decía: es mentira, es mentira… 
 
El fénix la agarra cambiando la posición que tenía. - ¿Qué te preocupa, ante no lo hacía? 
 
Entre susurro. - Mi padre… el no pudo escucharla. 
 
- ¿Qué acabas decir? 
 
Ella se desesperó mientras lloraba y le rodaba los mocos. - Mi padre me va aborrece, no me va amar jamás, seré echada de su lado. 
 
A ver esto las sirvientas le causo estrago por verla así, ante se sentía bien pero ahora es como desgarradora esta escena ya que ellas saben lo que es vivir así. 
 
El de oreja de conejo. - Señorita… un padre jamás aborrece a su hija. 
 
El fénix miró a Thiara con compasión. - Thiara, tu padre te ama, no importa qué forma tengas. 
 
Thiara negó con la cabeza. - No entiendes. Mi padre siempre me dijo que los híbridos eran inferiores. 
 
El fénix extendió su mano. - Thiara, te mostré la verdad porque es hora de que sepas quién eres realmente. 
 
Thiara retrocedió. - No quiero saber. No quiero ser esto. 
 
La sirvienta de oreja de lobo habló. - Mi señora, tal vez deberíais escuchar al lord Fénix. 
 
Thiara se detuvo, su mirada fija en el fénix. - Tío Fénix, por favor. Explícame. 
 
El fénix suspiró. - Thiara, eres la descendiente directa de nuestra línea sagrada. Tu sangre lleva el poder de nuestros antepasados.
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 CAP 5: Maldición de Sangre
 
La sirvienta de oreja de conejo se sonrojó, avergonzada por sus palabras. "Disculpe, tenemos que limpiar otras habitaciones", dijo, jalando a su compañera de la habitación. 
 
Thiara miró a Lord Fénix y notó su descontento. "Ignora su comportamiento, tío", dijo. "Si no hubiese sido grosera, ellas no se hubiesen ofendido. Además, tengo algunas dudas, ¿podrías ayudarme a entender?" 
 
Lord Fénix asintió y se sentó en una silla. "¿Qué dudas tienes, niña?" preguntó. "Mi cultivo ha saltado mucho de lo que dijiste", respondió Thiara. "Creí que no te ibas a dar cuenta aún, eres novata", dijo Lord Fénix. 
 
Thiara se sintió ofendida. "¿Ha... o sea que no puedo darme cuenta solo por eso? ¿Qué narcisista eres…?" 
 
Lord Fénix puso cara de póker. "Ya deja de comportarte así, hay asuntos importantes aquí y te pones como una niña chiquita". 
 
Thiara se tranquilizó. "Tiene razón... disculpa, tío. ¿A qué se debe este cambio?" Lord Fénix explicó que era debido a su sangre de guerreros. 
 
Thiara se enorgulleció, pero luego se enfadó al enterarse de que Lord Fénix había leído sus recuerdos.
 
 "¿Qué tiene que ver mis recuerdos con que los leas?" preguntó. 
 
"Son más bien mis dones como bestias sagradas", respondió Lord Fénix. "Tengo la habilidad de leer pensamientos". 
 
Thiara se sintió invadida. "¿Quién te dio el permiso en hacer eso?" preguntó, con frialdad en su voz. Lord Fénix se disculpó. 
 
Thiara se inquietó al saber que había estado inconsciente durante más de 15 días. "¿Por qué no puedo salir?" preguntó. "Porque te puede caer", respondió Lord Fénix. "Has estado inconsciente por días". 
 
Thiara se desesperó. "¿Días? ¿Exactamente cuánto tiempo te refieres?" preguntó. 
 
Lord Fénix explicó que había sido más de 15 días. Thiara se tranquilizó. "¿A qué te refieres con despertar?" preguntó. "¿Cómo es que apareciste después de que esa luz se desvaneciera?" 
 
Lord Fénix explicó la historia de la maldición que afectaba a los descendientes de Fénix. "Los descendientes despiertan su poder cuando nacen, pero últimamente han tenido problemas debido a una maldición".
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 RESUMEN CAP 5.

Thiara se siente avergonzada por las palabras de la sirvienta de oreja de conejo y se disculpa. Luego, se dirige a Lord Fénix para aclarar sus dudas sobre su cultivo, que ha avanzado rápidamente. Lord Fénix explica que se debe a su sangre de guerreros.

Sin embargo, Thiara se siente invadida al descubrir que Lord Fénix ha leído sus recuerdos utilizando su habilidad como bestia sagrada. Lord Fénix se disculpa y explica la historia de la maldición que afecta a los descendientes de Fénix. Thiara se entera de que ha estado inconsciente durante más de 15 días y se desespera al saber que su familia la creía muerta.

Lord Fénix le cuenta sobre la maldición que ha afectado a los descendientes de Fénix, haciendo que su despertar sea difícil. Thiara comienza a entender su situación y su conexión con Lord Fénix, quien es su tío y un descendiente de Fénix.

El capítulo termina con Thiara buscando respuestas sobre su pasado y su futuro.

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CAP6: La Revelación del Fénix 
 
Ella comenzó a analizar cada palabra predicha por el fénix y entendió cierta parte, pero había algo raro en esas palabras que la hizo fruncir el ceño en forma de duda. "¿Eh?... ¿Por qué no me hablaste de la maldición antes en la cueva, tío?" 
 
El fénix se puso nervioso. "Se me olvidó..." 
 
Ella lo miró con cara penosa. "Ya veo, tío..." Mientras palmeaba la espalda del fénix, reían como si fuera un chiste lo dicho anterior. 
 
Sin embargo, el fénix frunció el ceño. "No debes mentirme y usar eso como excusa para golpear mi espalda, Thiara." 
 
Ella cambió su expresión a una cara cenicienta. "Disculpa, tío... si alguien te escucha, pensará que te estoy intimidando. Solo hice ese gesto para que te sientas relajado, eso decía el libro que leí." Esto último lo dijo con voz lamentable. 
 
El fénix se sintió mal, sabiendo que ella no había tenido contacto con otras personas aparte de su familia, y su visión era limitada con respecto al mundo. Cuando leyó los recuerdos de ella, vio y pudo entender algunos comportamientos suyos, esa actitud sumisa y tímida, todo debido a cómo había tenido que vivir hasta ahora. 
 
 "Tío, ¿debo ver mi estado?" preguntó Thiara, haciendo que él dejara de reír. "Sí, debes verlo", respondió el fénix. ... "Este fuego no te quemará, así que no te asustes, Thiara", dijo el fénix, haciendo que una llama de color azul apareciera en su mano y la dirigiera hacia ella. 
 
Después de ser envuelta por la llama, esta se extinguió, y una ventana mostró el estado de ella. 
 
Estado de Thiara Nivel 1 (+3, morado) - Nivel 4 
 
Estado físico: 
HP: 50/50 +40 HP: 90/90 
 
STR: 10 + 40; 50 STR 
Int: 130 +120; 250 Int 
Vit: 15 +55; 70 Vit 
Men: 30 +45; 75 Men 
Dex: 15 +5; 20 Dex 
 
Oficio: ???? 
Elemento: Tierra 8/10, Agua 6/10, Aire 6/10, Fuego 8/10, Viento 5/10, Luz 10/10, Oscuridad 3/10 Habilidad: 
Alquimista 3/10 (+3) 6/10
Anulación 2/10 (desbloqueada), 
Ver sentimiento 4/10 (desbloqueada)
Herrero armas 2/10 (+4) 6/10, 
Herrera de armas espirituales 2/10 (habilidad desbloqueada) 
 
Skill: 
Bola de fuego 1/10, 
Lluvia de fuego 2/10 
 
Título: 
Basura en el cultivo (blanco), Huérfana (blanco), Echada del clan (blanco), Médica en nivel medio (azul +3 aumento alquimista), Genio en armamento de arma (azul +2 herrera arma espiritual +2 herrero de arma +2), Líder nato (verde +1 nivel, habilidad especial anulación +2), Descendiente del fénix (rosado +2 niveles; habilidad especial anulación +2) 
 
Al ver este estado, la cara del fénix se puso de color azul. "¿Qué significa esto? Este estado es mucho para alguien como ella... Entiendo que tenga habilidad, pero esas otras son demasiado." 
 
Thiara se acercó al fénix, preocupada. "Tío, ¿qué pasa? ¿Por qué tienes esa cara?"
 
"Quiero que trates de mover tu energía espiritual por todo tu cuerpo y formas una llama azul," pidió el Fénix. 
 
Thiara lo logró rápidamente, asombrando al Fénix. "¿Cómo es posible esto? Aun si ella es mi descendiente, no debería tener tan poca dificultad," pensó el Fénix. 
 
Thiara, alegre, preguntó, "¿Qué son estos estados? ¿Por qué dice que soy huérfana? ¿Por qué dice que fui echada del clan e inútil del cultivo?"

"Los títulos son dados por mérito de alguna acción en la vida cotidiana," explicó el Fénix. "El nivel de un cultivador se mide por su fuerza y habilidades. Cada título tiene un rango y color asociado: Blanco para el Nivel 1, Amarillo para el Nivel 2, Anaranjado para el Nivel 3, Morado para el Nivel 4, Verde para el Nivel 5, Azul para el Nivel 6, Rosado para el Nivel 8, Rojo para el Nivel 9 y Traslúcida para el Nivel 10." 
 
Thiara escuchaba atentamente, pero su mente estaba llena de preguntas y dolor. "¿Qué pasó con mi padre?" preguntó, su voz temblando. 
 
El Fénix suspiró. "Tu familia te considera muerta, Thiara. Tu hermana mató a tu padre y tu clan ocultó la verdad." Thiara se desmayó, abrumada por la emoción. 
 
El Fénix la atrapó y la abrazó, llamando a los guardias para que llamaran al médico. "Traigan al médico," ordenó el Fénix, su voz llena de preocupación. Los guardias se apresuraron a cumplir la orden, mientras el Fénix sostenía a Thiara en sus brazos. "No te preocupes, Thiara. Estoy aquí para ti.
 
*NOTA*
 
Clases u oficios del planeta ZERO:
  • Guerrero: paladín o tanques
  • Hechicero: magos o nigromante
  • Acolito: sabio o clérigo
  • Asesino: asechadores o fantasma

Cultivo son:

Nivel 1: Blanco

Nivel 2: Amarillo

Nivel 3: Anaranjada

Nivel 4: Morada

Nivel 5: Verde

Nivel 6: Azul

Nivel 8: Rosado

Nivel 9: Rojo

Nivel 10: Traslúcida

Elemento son:

  • Agua
  • Aire
  • Tierra
  • Fuego
  • Luz
  • Oscuridad
  • Trueno
  • Lava
  • Hielo
  • Lluvia
  • Gravedad

EXISTE bestia contratista y para tener algunas el portador debe ser fuerte en caso contrario puede  morir en el proceso.

Clasificación de las bestias espirituales:

  • Nivel 1: Blanco
  • Nivel 2: Amarillo
  • Nivel 3: Anaranjada
  • Nivel 4: Morada
  • Nivel 5: Verde
  • Nivel 6: Azul
  • Nivel 8: Rosado
  • Nivel 9: Rojo
  • Nivel 10: Traslúcida
Lo que son de clasificacion D son aquellos que estan em nivel 1,2,3; lo que se son C : 4,5,6; lo que son B: 7,8 y los 9, 10 son A. Pero los que pasan estos niveles son considerado creaturas sagradas
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RESUMEN CAP 6.

Thiara descubre su verdadero estado como cultivadora y su conexión con el Fénix. Sin embargo, también descubre que su familia la considera muerta y que su hermana mató a su padre.

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CAP 7:  La Batalla del Fénix vs Centauro 
 
Se escuchaba un ajetreo en el pasillo del palacio. Dos soldados se acercaron a la habitación del centauro, un alquimista y clérigo. 
 
El centauro estaba sentado en una mesa, escribiendo. Se mostró perplejo al ver a los soldados. 
 
- El fénix lo busca, dijo uno de los soldados. Quiere que vea a la Srta. que trajo. 
 
El centauro frunció el ceño. - Eh... dígale que si hizo lo que le dije, entonces que el venga. 
 
Los soldados se retiraron rápidamente. El centauro suspiró y siguió escribiendo. 
 
No pasó mucho tiempo antes de que el fénix apareciera, haciendo que la puerta se abriera de golpe. 
 
- ¡Maldita caballo arrogante! gritó el fénix. ¿Te atreves a ignorar a estas bestias sagradas? El centauro se levantó, su rostro sulfúrico. 
 
- Tú solo eres un fénix renegado del cielo, dijo. No eres diferente a nosotros. 
 
La batalla entre el fénix y el centauro comenzó. 
 
El centauro utilizó sus agujas envenenadas, mientras que el fénix lanzaba llamas. 
 
El zorro, Cross, intervino, deteniendo la pelea. 
 
- ¡Deténganse! gritó Cross. Están en mi reino. ¿Cómo piensan compensar este desastre? 
 
El fénix y el centauro se disculparon. 
 
Cross les ordenó que el centauro atendiera a Thiara y que el fénix ayudara al centauro con sus recetas destruidas. 
 
 - Recuerda, fénix, no quiero que hagas locuras, dijo Cross. El fénix asintió. 
 
El centauro se llevó al fénix, ansioso por recuperar sus recetas.
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 CAP 8: El Juicio del Emperador
 
Después de dos días, se llevó a cabo el congreso con el emperador, un hombre de apariencia refinada, con una cara fina, ojos grandes y redondos de color azul, cabello corto de color café y una presencia hipnotizadora capaz de asfixiar a todo quien lo vea directo.
 
El emperador estaba sentado en el trono, con una túnica de dragón y un zorro de dos colas color marrón alrededor de su cuello, cada cola representaba sus 200 años de gobierno. En el lado derecho del trono estaban los funcionarios y consejeros del rey, mientras que en el otro lado estaba un eunuco. En el lado izquierdo estaban los 5 clanes más prodigiosos y reconocidos por todos el continente. 
 
De repente, el encargado de la puerta anunció la llegada del clan Monte, abriendo ambas puertas del congreso. El clan Monte se presentó ante el emperador, atrayendo la mirada de la masa y del emperador. El clan Monte estaba compuesto por 5 personas: Rouse Monte Lan, de 55 años, consejero del clan; Willer Monte, de 34 años; Myriu Monte Niu, de 32 años; Rose Monte Wei, de 12 años; y Koja Xae ji, de 60 años, uno de los mejores mentores reconocidos en el planeta. 
 
Cuando el clan Monte se arrodilló ante el emperador, este les dio su orden para que se sentaran y comenzara el juicio. El clan Monte se sentó y dijo al unísono: "¡Larga vida a su majestad! ¡Gracias su majestad por su bondad!". Mientras tanto, el maestro Koja Xae ji miró al emperador con curiosidad, ya que no había mencionado su presencia en el juicio. Sin embargo, lo dejó pasar y se centró en su objetivo de salvar a su alumna.
 
El emperador y el maestro Koja Xae ji se enfrentaron en una tensa mirada. 
 
El emperador, con una voz grave, reprendió al maestro: "¿Tienes la osadía de meterte cuando no se te ha permitido hablar? ¿Es que acaso la gloria se te subió a la cabeza?" La mirada del emperador y la del maestro se conectaron, y se desató una guerra de miradas que transmitía el descontento de ambos. 
 
El zorro que llevaba el emperador por el cuello salió de su posición para intervenir. "¡Majestad... sabes muy bien que no debes hablarle así a esta persona!", dijo el zorro. 
 
La mirada del zorro y la del emperador se conectaron, y se desató una telepatía entre ellos. "¿Qué estás haciendo?", preguntó el emperador. "Eso mismo te pregunto yo...", respondió el zorro. "¡Sabes que me ha faltado el respeto y aún así lo quieres excusar!", dijo el emperador. "¡Sabes que tú no me engañas, buscas excusa para vengarte por no aceptarte!", respondió el zorro. La tensión en la sala era palpable. 
 
La mirada del emperador y la del zorro habían creado un ambiente asfixiante. Algunos de los presentes se sintieron mal y otros se desmayaron. 
 
Una sirvienta salió rápidamente de la sala para pedir ayuda al cuarto príncipe, quien era conocido por ser el más cuerdo de los hermanos. 
 
El eunuco anunció la llegada del cuarto príncipe, y el emperador, tosiendo, ignoró la mirada del zorro y dijo: "¡Hagan pasar al cuarto príncipe de este reino!" 
 
El cuarto príncipe entró en la sala con una aura dominante y facciones similares a las del emperador, pero con ojos de color café. 
 
Se inclinó ligeramente ante el emperador y saludó a los presentes. "¡Larga vida a padre, larga vida al emperador!", dijo el cuarto príncipe. 
 
Luego, se dirigió al emperador y preguntó: "¿Por qué está haciendo un drama aquí, su majestad?" La pregunta del cuarto príncipe causó un impacto en la sala. Todos pensaron que el príncipe estaba cortejando la muerte al hablar de esa manera al emperador. 
 
Rose Monte estaba lívida por el poder que habían tenido que soportar por parte del emperador y el zorro, pero en el fondo le agradeció al cuarto príncipe por su intervención. 
 
El zorro comenzó a reír y dijo: "Jajaja... este hijo es valiente... es igual a ti de joven, su majestad. Si hubiera nacido antes, él sería el que estaría sentado en ese trono hoy." Las palabras del zorro recordaron al emperador su juventud y cómo era antes de convertirse en emperador. Se rió junto con el zorro, y la tensión en la sala se disipó un poco. 
 
El emperador se dirigió al cuarto príncipe y le pidió que se acercara. "Hijo, ven acá al lado de padre... ayuda a este padre con esta decisión", dijo el emperador. 
 
El cuarto príncipe se acercó al emperador y se sentó a su lado. El emperador le explicó la situación y le pidió que ayudara a tomar una decisión. 
 
El cuarto príncipe escuchó atentamente y luego preguntó: "¿Qué piensan ustedes como representantes de la rama principal de esto?" 
 
Willer Monte respondió: "Yo creo que esta señorita sería una gran líder. 
 
Ella podría haber escalado posiciones o volar por sí misma con su talento y dejar este clan, pero su fidelidad por este clan la llevó a decidir quedarse y aceptar esta petición que le hicimos." 
 
El cuarto príncipe se dirigió a Rose Monte y le preguntó: "¿Es esto verdad?" 
 
Rose Monte respondió con sinceridad: "Sí, su majestad." 
 
El cuarto príncipe preguntó: "¿Dónde está su matriarca?" 
 
Rouse Monte Lan respondió: "Cuarto príncipe... la matriarca no puede venir. Está en el templo de Fi y nos exigió que no la invocáramos a ninguna reunión. Ella murió junto a su hijo." 
 
El cuarto príncipe miró a los cinco miembros del clan Monte y notó un destello de miedo en sus ojos, pero luego se calmó. 
 
El maestro Koja Xae ji habló: "Cuarto príncipe, con respecto a mi discípula, ella puede ejercer el liderazgo. Déjenla ser... en el futuro traerá gloria." 
 
El cuarto príncipe interrumpió al maestro y dijo: "Su majestad, pasa algo... hasta ahora, nadie quiere vengarse de su líder. ¿Por qué todo ustedes me hablan de la gloria y van en contra de las normas, y qué hay de su líder? Nadie me ha pedido justicia." 
 
Todos se arrodillaron y respondieron en unísono: "Si íbamos a pedir justicia, solo que estábamos contestando sus dudas." 
 
El cuarto príncipe se encogió de hombros y dijo: "¿Por qué será que no le creo nada?" Esto causó nerviosismo en los cinco miembros del clan Monte que estaban arrodillados. 
 
Su majestad se rió y dijo: "No seas así, hijo. Estás haciendo que ellos se pongan tensos." 
 
El cuarto príncipe respondió: "¿Por qué no das un veredicto ya? Quiero ir a dormir." Su majestad se rió de nuevo y dijo: "Padre... te estás poniendo senil." El cuarto príncipe se levantó y dijo: "Se te concede el liderazgo, Rose Monte, pero no podrás decir que eres hija de concubina. Eres hija de Fernando Monte Niu y de Luna Xiu Lin, hermana menor de Thiara Monte Xiu. Tu eres Rose Monte Xiu." El cuarto príncipe continuó: "Con respecto a su líder, no podemos buscar un asesino donde no hay pista. Lamento eso... Espero que con esto le de calma al espíritu de su líder y que una hija filial como esta cuide del clan." 
 
Rose Monte se sintió ofendida por el tono sarcástico del cuarto príncipe, pero se contuvo y respondió: "Cuarto príncipe, se hará como usted ordene. Gracias por su bondad." 
 
Rose Monte se dirigió a su majestad y dijo: "Gracias por su generosidad, yo agradeceré toda su bondad. Tenga seguridad de que nuestro clan estará siempre en su disposición." 
 
El cuarto príncipe sonrió con arrogancia y dijo: "Si tiene las habilidades, lo estaré esperando." 
 
Rose Monte respondió con una sonrisa: "Majestad, ya no nos quedamos más. Ya no queremos causar molestia a su majestad. No quiero que se enferme." 
 
Su majestad asintió y expulsó a todos de la sala. 
 
El cuarto príncipe se quedó mirando la silueta de Rose mientras salía y dijo: "Conozco chicas como tú... que al final pierden todos por ambición." Su majestad preguntó: "¿Hijo, por qué dices esto?" El cuarto príncipe respondió: "Eh, no nada... Padre, es hora de irnos también." Su majestad asintió y ambos se fueron. 

NOTA:

Los zorros, enviados por Zeus mediante el mandato Celestia, son los encargados de elegir a los gobernantes de los continentes. Debido a las múltiples guerras y disputas entre los gobernantes, los cielos intervinieron y otorgaron a los zorros el poder de elegir a los líderes y otorgarles la inmortalidad. 
 
Sin embargo, este poder viene con una condición: si el rey muere, el zorro que lo acompañaba también muere. Además, si el rey gobierna de manera despótica y no rectifica su comportamiento, el zorro se enfermará y morirá. 
 
En caso de que el rey muera, nace otro zorro en uno de los 7 templos de los diferentes continentes. Mientras tanto, el país cae en el caos, las bestias atacan en masa, la tierra se seca y el agua se vuelve escasa. Por lo tanto, es fundamental mantener al emperador vivo y estable, ya que su presencia garantiza la estabilidad del reino. 
 
Los zorros solo eligen a aquellos que llevan sangre de la familia imperial, ya sea hijo o pariente del emperador. Sin embargo, no es necesario que sea el hijo directo del emperador. Toda la familia imperial es inmortal, y algunos funcionarios también pueden recibir este privilegio dependiendo del emperador.
 
Cada zorro tiene habilidades únicas y especiales. Algunos pueden convocar al quilín, lo que les permite tener un ejército de criaturas a su servicio. Otros pueden predecir el futuro, poseen habilidades curativas o pueden aumentar el poder de su portador. 
 
En particular, el zorro que acompaña al emperador tiene la capacidad de crear espacios interespaciales, lo que le permite proporcionar a su portador un lugar donde su cultivo pueda ser más alto. Sin embargo, es importante destacar que existen reglas y limitaciones para el uso de esta habilidad.
 
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CAP 9:  El Mercado de las Sombras 
 
Hace 25 años atrás, en el continente Dragón, la ciudad de Yui despertaba con el sol. 
 
Las tiendas del mercado comenzaban a abrir, y con ellas, las actividades comerciales. Un local en particular llamaba la atención: el mercado de bestias exóticas, con sucursales en todo el continente y más allá. 
 
En este mercado, se comercializaban bestias espirituales y híbridos de diferentes continentes. Aunque los híbridos inspiraban miedo debido a su poder, la venta era libre. Un sistema de esclavitud controlaba su fuerza, convirtiéndolos en objetos de lujo para las familias poderosas. 
 
Sin embargo, los híbridos desobedientes eran alimentados a las bestias espirituales sin inteligencia. Los esclavos, por otro lado, tenían un destino similar, pero si estaban enfermos, eran considerados inservibles y utilizados como alimento. 
 
Detrás de este mercado, se ocultaba un mercado clandestino financiado por personajes poderosos del reino. Este mercado de esclavos operaba en las sombras, protegido por el mercado de bestias espirituales. En el corazón de este mercado, una historia de poder, explotación y resistencia estaba a punto de desplegarse.
 
En el mercado de bestias espirituales, los comerciantes presentaban sus mercancías. Había bestias enormes y pequeñas, escurridizas y peligrosas. 
 
En una sección aparte, cinco híbridos importados de otra sucursal esperaban ser vendidos. 
 
Habían pasado 20 años desde la última vez que se habían comercializado estas criaturas. En una celda oculta, el administrador mantenía a los esclavos: humanos, elfos, hadas y trolls que habían perdido su libertad. 
 
Su vida no les pertenecía; dependían del humor de su amo. 
 
La Mazmorra Oculta En una mazmorra profunda, un joven yacía encadenado en una jaula. Su ropa estaba desaliñada, su cuerpo lleno de hematomas y su cara desfigurada. No recordaba cuánto tiempo llevaba ahí. 
 
Un hombre fornido se acercó, iluminándolo con una linterna. 
 
"Es hora de la venta de esclavos. Si te portaras mejor, no estarías así. Si sigues así, serás alimento para las bestias." 
 
El joven lo miró con desprecio, pero no tenía fuerzas para maldecir. El verdugo se enojó y lo golpeó. 
 
"¡Pow! ¡Pow!" 
 
El joven comenzó a reír, una risa llena de desdicha y agonía. Una lágrima rodó por sus mejillas hasta que su risa se convirtió en silencio. 
 
El verdugo se asustó al darse cuenta de que el joven no respiraba. 
 
"¡Traigan un médico!" gritó.
 
Mientras los guardias buscaban al médico, el verdugo se quedó solo con el joven. Este, inexplicablemente, comenzó a respirar de nuevo. 
 
Su sed de venganza se despertó. 
 
"Maldita mujer, reza para que no salga de aquí, porque serás la primera en buscar."
 
Flashback 
 
Era un mercenario temido, con un precio sobre su cabeza. 
 
Un día, se le envió en una misión para robar información clasificada. Se rehusó, pero cuando supo que su debilidad, Bella, estaría en la misión, aceptó. 
 
Estaban en una base secreta de Rusia, burlando la seguridad gracias a las habilidades de hacker de Bella.
 
Llegué a la cámara secreta detrás de una estantería, gracias a la ayuda de Bella y su conocimiento informático. 
 
Encontré el objetivo y, cuando salí, sonó la alarma. Pensé que era extraño, ya que Bella había desactivado todas las alarmas. Me reuní con Bella en el bosque sureste de la base. Ella estaba inusualmente cariñosa y evitaba mirarme a los ojos. 
 
Me pidió ver mi anillo, y con confianza, se lo entregué. Pero pronto me di cuenta de que algo estaba mal. Ella me inyectó algo para dormir y me robó el anillo. 
 
Desde ese día, mi tormento comenzó. Recuerdos Amargos 
 
Un brillo siniestro apareció en mi mirada al recordar las palabras de un ex colega: "Los asesinos no deben sentir amor, si no se vuelven obsoletos." 
 
Me reí por la ingenuidad de Bella, pensando que jamás podría usar el anillo. Pensé en mi colega y los traidores, reflexionando que mi personalidad insoportable había creado muchos enemigos. 
 
Recordé las palabras del líder de la organización: "Los asesinos no deben sentir amor, si no se vuelven obsoletos." 
 
Visiones del Pasado 
 
Imágenes de un príncipe elfo en un reino místico aparecieron en mi mente. Pensé que era extraño, ya que no era alguien de fantasía. 
 
Descubrí que tenía el anillo Draga en mi dedo y, con él, mis extremidades habían regresado. 
 
Me sentí consternado y confundido. 
 
Decidí no perder más tiempo buscando respuestas y enfocarme en vengarme de aquellos que me torturaron. Miré a la sombra que me daba la espalda y pensé: "Espera ahí paciente, maldita sombra. Cuando vuelva, te mataré con mis propias manos." 
 
Sentí un odio inexplicable, pero estaba seguro de que no todo provenía de mí. Había algo raro en mí, pero no sabía qué era. 
 
Usé mi energía mental para entrar al espacio-tiempo del anillo, pero mi cuerpo estaba demasiado debilitado. 
 
Solo pude entrar con mi alma, pensando "Debo actuar rápido, antes de que esa persona se dé cuenta de que estoy vivo." 
 
Al entrar, me encontré en un lugar transformado. 
 
La base militar había cambiado a un campo con un rascacielos de nueve plantas, rodeado por un lago y un puente. 
 
Me sentí confundido pero recordé mi objetivo: vengarme de aquellos que me traicionaron. Pero al ver mi reflejo en un espejo, me sorprendí. 
 
Era un elfo con ojos verdes, cabello platino cobrizo y orejas puntiagudas. Acepté la realidad y pensé: "Estoy en el cuerpo de otra persona, en otro mundo. ¿Qué pasó con mi cuerpo real? ¿Morí?" 
 
Mi doble apareció detrás de mí y dijo: "Perdona por traerte aquí sin previo aviso. Tú estabas muerto en tu mundo... y note lo mal que viviste." 
 
Me enojé con su tono y respondí con arrogancia: "¿Tú crees que me creo eso? ¿Por qué no hiciste algo con tus agresores en lugar de traerme aquí?" 
 
El espectro se irritó y dijo: "Parece que será difícil engañarte... Fuiste sorteado como parte del deseo de Dios." 
 
Me pregunté: "¿Qué significa esto? ¿Qué deseo de Dios?" 
 
El espectro continuó: "Dios necesita alguien con tus habilidades para equilibrar el orden en este mundo. Tú tienes una misión que cumplir." Me sentí intrigado y pensé: "¿Una misión? ¿Qué tipo de misión?"
 
 La diosa Artemisa intervino, deteniendo el enfrentamiento entre el asesino y el espectro. 
 
Su presencia divina los obligó a arrodillarse. "¡Ya es suficiente! ¡Deténgase!" ordenó Artemisa, con una voz estruendosa. 
 
El asesino se sintió impotente, mientras el espectro temblaba de miedo. Artemisa se transformó en un venado para mitigar su poder divino. 
 
"El anillo Draga tiene dos juegos", explicó. "Uno está en este mundo, y el otro fue enviado a otra dimensión, de donde llegaste tú, Leonardo." "Debes cumplir el deseo del alma para que descanse en paz", continuó. "Tienes un año para lograr la venganza." 
 
La diosa se llevó al espectro al limbo, dejando a Leonardo petrificado. 
 
 "¿Por qué debo seguir su orden?", se preguntó Leonardo. "¿No puedo pedir una compensación por traerme aquí?" Pensó en su sed de venganza y en la injusticia de que los dioses ayudaran al elfo. 
 
"¡Qué tiene ese elfo para merecer ayuda divina!", se indignó. 
 
 Reponiéndose, se centró en su realidad y decidió: "Debo devolver enemistad con muerte, y no cometer el mismo error de mi otra vida."  
 
Leonardo, aún en su cuerpo de elfo, buscaba venganza contra aquellos que lo torturaron y mataron. 
 
Recordó el verdugo que aún esperaba confirmar su muerte. 
 
"Es hora de cobrar la deuda de este cuerpo", pensó, mientras se dirigía al área médica. 
 
 Encontró un pasaje secreto con medicinas de su mundo y tomó un remedio para recuperar su vitalidad. 
 
Sin embargo, sonrió un efecto secundario inesperado: su sangre se volvió verde, indicando envenenamiento. 
 
"¡Qué demonio está ocurriendo!", se alarmó. 
 
Recordó que la sangre de los elfos se vuelve verde cuando están envenenados. Decidió aguantar con el remedio hasta averiguar su condición. Luego, sacó agujas y venenos, sonriendo macabramente. 
 
"Es momento de la venganza", pensó. 
 
Mató al verdugo y a los médicos y guardias que lo rodeaban. No le importaba si eran inocentes o no; para él, eran escorias igual que él. Convirtió el mercado de esclavos en un cementerio, masacrando a todos los involucrados. 
 
La diosa Artemisa intervino sin que Leonardo se diera cuenta, evitando que nadie externo interviniera. 
 
Cuando el poder divino se disipó, las personas descubrieron el desastre y notificaron al emperador. El emperador envió paladines a buscar al culpable. 
 
 La investigación reveló que solo fueron asesinados los contratistas y mercantes de esclavos. Se inició una nueva investigación sobre el mercado esclavo clandestino. No se encontraron pistas ni testigos. 
 
El asesinato se convirtió en el inicio de una norma más estricta para los comercios. La ciudad Yui recordaría ese día como la Feria de la Muerte. 
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 CAP 5. La Sombra del Trono: El Legado de los Elfos.
 
 En el Continente Tortuga, uno de los reinos del planeta Rasvjeta, dominado por la raza de los elfos, la magia y la tecnología convivían en armonía. 
 
El segundo príncipe del Reino del Elfo se había ido a cazar con su medio hermano mayor cerca de los Bosque del Continente Tigre, sitio del troll. La frontera entre ambos continentes era una ladera montañosa que los separaba. 
 
Su Majestad, el Emperador, pensó que esta salida sería una buena oportunidad para mejorar la relación entre ambos hermanos, ya que el mayor nunca había tenido una buena relación con el menor. 
 
El matrimonio entre el Emperador y la Emperatriz, Su Alteza, fue solo una unión política entre ambos reinos. Los elfos oscuros habían presionado al rey anterior para que se llevara a cabo este matrimonio, pero él ya estaba comprometido con otra persona, que terminó dejando su puesto de Emperatriz para convertirse en concubina. 
 
Una noche, el Emperador, bajo la influencia del alcohol, se dirigió al aposento de la Emperatriz, cometiendo un error que cambiaría el curso de la historia. 
 
La Emperatriz, aunque no deseaba la intimidad con el Emperador, quedó encinta después de esa noche. Esto enfureció al Emperador, ya que su amor, la Reina, no había podido quedar encinta. 
 
"¡No puedo creer que esa mujer de sangre fría pudiera dar a luz al próximo príncipe heredero, es inaudito! Solo aceptaré el hijo de mi Reina, no de esa maldita mujer manipuladora", pensó el Emperador. 
 
La Reina se sintió traicionada al enterarse de la infidelidad del Emperador y se encerró en su palacio, impidiendo que Su Majestad entrara de nuevo. Esto provocó que el Emperador odiara más a la Emperatriz. 
 
A raíz de esto, el mayor nació con un odio hacia su hermano menor, debido a los rumores que le daban a su madre en el palacio. 
 
"¡No permitiré que madre llore sola en su recamara, y más por mi desarmado padre, que prefiere a una concubina sobre mi madre!", pensó. 
 
El mayor se llenó de talento inigualable y carisma político en los negocios, mientras que su hermano menor fue mimado hasta la médula, aunque nació con talento. Ambos jóvenes crecieron sin conocerse. 
 
Un día, ambos chicos se conocieron en el coliseo de batalla, donde los elfos de las diferentes clases iban a probar sus poderes. El menor quedó cautivado por las habilidades y talento de su medio hermano mayor, que luchaba con un estilo único. 
 
Hasta ese momento, no sabían mucho el uno del otro, pero el menor sintió una mezcla de admiración y envidia hacia su hermano mayor. Comenzó a estudiar en serio todo lo básico de la magia, con la esperanza de acercarse a su hermano mayor y demostrar su valía. 
 
La admiración y la envidia se entrelazaban en su corazón, mientras intentaba encontrar su lugar en el mundo y demostrar que también podía ser un guerrero poderoso. 
 
La Emperatriz lo llamó para preguntarle sobre el Emperador que lo espiaba y sobre su opinión acerca del acercamiento del segundo príncipe. 
 
—No me importa lo que traen ellos dos, solo quiero servir a mi país como hijo de lo elfo oscuro, servir a Su Alteza y verla brillar como la madre de la nación —dijo con emoción. 
 
La Emperatriz lo abrazó, diciéndole: —No tiene por qué llevar esta pesada responsabilidad, yo deseo que sigas tu sueño. ¿Sabes que tu tonto padre tiene en vista a tu hermano menor como príncipe heredero? Si no fuera por mi intervención, ya ese chico tendría el trono, preocupando a nuestra raza oscura. 
 
El hijo mayor respondió: —Madre, tú diste todo por protegerme a mí y a nuestro pariente, aguantaste injuria y mala mirada, e intento de asesinato. ¿Es hora de que yo te ayude a disminuir tu peso? —dijo con voz tenaz. 
 
La Emperatriz sonrió entre lágrimas: —Pero hijo.... —Nada, madre, aquí acaba nuestra conversación. Yo ayudaré a mi gente y te haré brillar, solo espera y mira, confía en mí —dijo, para luego pararse e irse con la cabeza en alto. 
 
La madre lo miró con unos ojos apenados, pero felices por esas palabras. Por otro lado, el Emperador dejó de investigar, ya que no había nada por medio, solo arrojó en la investigación lo talentoso que era su hijo mayor, y como su súbdito lo aclamaba como futuro rey de ambas razas. 
 
Cosa que no le cayó para nada bien, él detestaba el matrimonio forzado que le dieron, siempre había planeado quitarles el poder a esos elfos oscuros, y apoderarse del otro lado del continente. 
 
"¿Quién iba creer, que su alteza iba ser más lista, y lo sedujo para dar a luz a ese hijo? ¡Maldita mujer... Ojalá nunca hubiera existido!" pensó el Emperador. 
 
En medio de este pensamiento, le vino otro 
 
"¿Es verdad, si utilizo a este hijo para que me dé el trono del elfo oscuro, como del elfo blanco, para que se lo ceda a su hermano menor, digo? ¿No? Usar la relación familiar para presionarlo a ceder su poder, es buenísimo. Dejaré que ambos se lleguen a este punto. 
 
Cuando el primer príncipe llegó con la noticia a su majestad de que el segundo príncipe había caído en el risco que separa la frontera entre ambos continentes, se enloqueció de dolor. Sin pensarlo dos veces, mandó encerrar al príncipe heredero, amenazándolo: 
 
"¡Si tuviste algo que ver con este accidente, yo mismo me encargaré de que pases mal el resto de tu corta vida en la cárcel!" Sus ojos vacíos de emoción, llenos de odio, parecían no reconocer al príncipe heredero como su hijo. 
 
En su mente, pensaba: "Maldita la hora en que te di la vida, debí matarte cuando pude. Si no fuera porque esa mujer fue más hábil en protegerte, hace tiempo te hubiera desaparecido." 
 
El príncipe heredero se quedó consternado, no por la amenaza, sino por la falta de lógica en las palabras de su padre. Pensó: "¿Será que se está dejando llevar por su emoción, o simplemente está sobreactuando?" 
 
Un dilema se formó en su mente: "¿No será que su majestad planificó todo esto para tener un motivo para matarme? ¡No, imposible...! ¡Nunca jugaría con la vida de su hijo predilecto, a menos que ambos planearan todo esto para culpar...! Esto quiere decir que está vivo." 
 
Flashback 
 
Días antes, en una reunión de la facción plebeya, se discutía el destino de la nueva raza de elfos que apareció en el oeste. 
 
El funcionario de relaciones públicas expresaba su oposición: "No puede ser, príncipe heredero. ¿Cómo vamos a recibir a esos bárbaros de sangre sucia dentro de la ciudad Zy del oeste?" 
 
El príncipe heredero respondió: "¿Qué estás diciendo? ¿Por qué hablas de raza? ¿No sabes que estamos hablando de seres inteligentes y sentimentales?" 
 
El funcionario de relaciones públicas se corrigió: "No quería decirlo de esa forma. Solo digo que desconocemos su intención y civilización." 
 
El príncipe heredero recordó las palabras denigrantes del funcionario y pensó: "¿Cómo puede un funcionario hablar de 'sangre sucia' siendo él mismo un mestizo? ¡Qué ironía!" 
 
En ese momento, decidió que debía hacer algo para ayudar a los elfos desconocidos. Sin embargo, sabía que su majestad no estaría de acuerdo. 
 
Su majestad lo llamó a su presencia y le dijo: "Quiero que acompañes a tu hermano en su viaje. Es una oportunidad para que ambos se acerquen." 
 
El príncipe heredero sabía que su majestad no tenía buenas intenciones, pero no podía rechazar la solicitud. 
 
Su majestad había descubierto su secreto y lo chantajeaba: "Si no aceptas, revelaré tu plan para ayudar a los elfos desconocidos. Tu reputación quedará arruinada." 
 
El príncipe heredero aceptó, sabiendo que era una trampa. 
 
Flashback 
 
En las laderas montañosas del bosque King, el príncipe heredero y el segundo príncipe viajaban juntos. 
 
El príncipe heredero venía con su montura de Tigre plateado, y el segundo príncipe traía una montura de un Tigre rayado con dos tonalidades, blanco y negro. 
 
En el transcurso del camino, el segundo príncipe venía maravillado por los paisajes que se asomaban en cada pasada; con el alma de un aventurero se maravillaba por todo, como si fuera su primera salida. 
 
El príncipe heredero se lamentaba el hecho de tener que ir con él, sino fuera por el chantaje de su majestad, para que le acompañara, él no hubiera accedido en venir. Llegaron a un punto en donde el segundo príncipe deseaba recoger una Flor de ciris para su madre, que estaba en el risco. El príncipe heredero se ofreció a acompañarlo hasta allí. 
 
Mientras bajaban por el risco, el príncipe heredero comenzó a sentir el mismo presentimiento de ser observado. 
 
"¿Qué está pasando, otra vez… creí que los habíamos perdido, sino fuera porque soy el único elfo sensor aquí, fuéramos sido emboscado ya hace mucho! ¡No pienso rendirme, voy atacar!" pensó. 
 
Le dijo a su sirviente que estuviera pendiente del segundo príncipe desde allí, y que si preguntaba por él, le dijera que había ido al baño. El sirviente asintió. 
 
El príncipe heredero desapareció, utilizando una posición de invisibilidad que duraba 30 minutos, para seguir al espía. Lo que no sabía era que el espía ya había hecho su primer movimiento. 
 
Los gritos se hicieron escuchar, haciendo que el príncipe heredero lo note y marche hacia dónde provenía la voz. 
 
"¡Es donde está el segundo príncipe, pero…! ¡Qué…de!" Pensó el príncipe heredero, no terminó de decir, porque lo que vio le llenó de sorpresa. 
 
La cuerda que sujetaba al segundo príncipe de la nada se estaba rompiendo, y debido a su situación, no podía ayudar; una vez ingerida la posición, su cuerpo no podía tocar nada, era invisible. 
 
Los dos sirvientes carecían de fuerza para jalar, mientras que uno de ellos gritaba, a ver si el príncipe heredero escuchaba. 
 
"¡Ayuda, ayuda…! ¡Príncipe heredero, el segundo príncipe se va caer!" lo dijo a todo pulmón, mientras que los otros sostenían la cuerda, pero nada que apareciera. 
 
Otro quería atar la cuerda hacia los avestruces para jalar, pero cuando lo hicieron, la cuerda se rompía más, para que luego el silencio fuera lo último que reinara, ya que el segundo príncipe había caído al risco. 
 
El príncipe heredero se quedó paralizado, incapaz de ayudar. 
 
"¿Qué he hecho?", pensó. 
 
Fin del flashback 
 
El príncipe heredero regresó al presente, recordando la caída del segundo príncipe. Se dio cuenta de que alguien los había estado siguiendo y pensó: "¿Quién será que lo sigue, y por qué?" 
 
Luego recordó el trato con su majestad y pensó: "¿No será que su majestad piensa acabar con mi vida antes de dar a conocer el dilema de la nueva raza?" Se sintió atrapado en una red de intrigas y mentiras. 
 
Su majestad lo había chantajeado para que acompañara a su hermano, y ahora su hermano había caído al risco. 
 
"¿Qué pasará ahora?", se preguntó. 
 
La puerta de su celda se abrió, y un guardia entró. 
 
"Su majestad quiere verlo", dijo. 
 
El príncipe heredero se levantó, sabiendo que su destino estaba sellado. "¿Qué quiere de mí?", pensó. 
 
Se dirigió hacia la sala del trono, donde su majestad lo esperaba con una sonrisa cruel. 
 
 "Príncipe heredero", dijo su majestad. "Creo que es hora de que sepas la verdad sobre tu hermano." El príncipe heredero se preparó para escuchar lo peor. 
 
"¿Qué verdad?", preguntó. 
 
Su majestad se rió. "La verdad sobre su muerte", dijo. "Y sobre tu futuro." 
 
El príncipe heredero se sintió un escalofrío recorrer su espalda. 
 
"¿Qué has hecho?", preguntó. 
 
Su majestad se inclinó hacia adelante. "Lo que debía hacer", dijo. "Para proteger el reino." 
 
El príncipe heredero sabía que estaba en peligro. Su majestad no dudaría en eliminarlo si creía que era una amenaza. 
 
"¿Qué vas a hacer conmigo?", preguntó. 
 
Su majestad sonrió. "Eso depende de ti", dijo. "Puedes elegir entre la lealtad o la muerte."
 
Con este recuerdo latente en su memoria, el príncipe heredero se preguntó a sí mismo: "¿No creo que sea el emperador quien haya provocado todo esto, en la forma en cómo actúa? No da indicio de que el espía fuera enviado por su majestad. Además, de la nada se estaba rompiendo la cuerda, a pesar de que fueron sus sirvientes quienes ataron la cuerda. ¿Cómo es posible que sus sirvientes no se hayan dado cuenta del defecto que tenía la cuerda, a menos que alguien lo haya hecho con otro propósito? ¿Y por qué?" 
 
Con esto, llegó otra idea: "Los únicos que no deseaban que él suba al trono eran: su majestad, los parientes de esa concubina, que pertenece a la facción noble, algunos de la facción plebeya, como también puede ser los continentes enemigos. Aunque estemos en tregua, ¿no quiere decir que no estén tramando por debajo algo siniestro? ¿Cómo no hacer caos interno para debilitarnos por dentro?" 
 
El príncipe heredero se rindió psicológicamente. "¡Hash...! Tengo tanto enemigo como para sacar una conclusión coherente con respecto a este asunto. Ahora lo que debo hacer es enfocarme en salir de este dilema, para así buscar al verdadero culpable de todo esto." 
 
Con estas palabras, se agachó la cabeza al suelo, con pesimismo. "De alguna forma, me siento mal por haber tomado una decisión demasiado apresurada a la hora de enfrentar al espía. Por eso, como sea, debo encontrar al culpable y hacerle pagar este delito." Lo pensó con un tono sombrío en su mente. 
 
El emperador lo agarró de la greña. "¿De que tanto murmura? ¿Es que acaso ya quieres confesar tu crimen, maldito engendro?!" Lo dijo con tanto odio que no midió la fuerza con la que le había agarrado el pelo, ni le importó el gemido de dolor que hacía el príncipe heredero. 
 
Flashback: El emperador 
 
Unas horas después de la reunión de la facción plebeya sobre los refugiados del oeste, unos vasallos de la facción plebeya se dirigieron con su majestad. Su objetivo era detener al príncipe heredero y hacer que llevara a cabo su plan. 
 
En la oficina del emperador, el sirviente personal anunció la llegada de la facción plebeya. Ya antes habían enviado alguien a pedirle una audiencia a su majestad en privado. 
 
"¡Saludo a la su majestad, el gran sol del imperio!" dijeron las tres personas, inclinándose debido a la diferencia de rango. "Está bien, vasallos. 
 
Ya pueden volver a su compostura normal", dijo su majestad con una cara de póker. "Muchas gracias, su excelencia, por su benevolencia", respondieron. 
 
Su majestad pensó: "¿Creen que pueden utilizar al emperador como les plazca? ¿Acaso me están viendo menos que un plebeyo? ¡No están poniendo sobre sus ojos a mí, que soy el emperador!" 
 
"Murmura: A qué debo esta interrupción. No ven que tengo trabajo. Si no tienen algo bueno, yo mismo me encargaré de recortar su sueldo", dijo su majestad con una sonrisa, pero que no era normal de él. 
 
Los vasallos se asustaron por sus palabras y pusieron una cara blanca. "Con su debido respeto, su majestad. Vinimos antes usted para reportarle las ideas absurdas que tiene el príncipe heredero, y creemos que a usted tampoco le va a gustar." 
 
Cuando escuchó eso, el emperador se enojó mucho más. "¿Desde cuándo acá ustedes opinan de lo que me gusta o no una idea? ¿Acaso se olvidan que soy el emperador, el que puede decidir sobre la vida de su súbdito?" 
 
Los vasallos comenzaron a temblar de miedo y rogaron por su vida. 
 
Su majestad, hostigado por la súplica, dijo: "Si eso era todo, es mejor que esté preparado para su castigo por haberme interrumpido." 
 
Su secretario entró con los guardias. "Su excelencia, ¿cuáles son sus órdenes?" 
 
Su majestad dijo: "Por ahora no quiero su cabeza, solo recortar su sueldo, y mándenlo fuera de la capital, lejos de mi presencia." 
 
Una vez ido el secretario, su majestad llamó a su sombra. "Quiero que sigas al príncipe heredero, que en unos días saldrá con mi hijo, y deseo que el príncipe heredero sea quien esté en peligro para que mi hijo lo salve. ¿Entiende?" 
 
El líder de la sombra respondió: "Sí, su majestad." 
 
Fin del flashback. 
 
El príncipe heredero, de vuelta en el presente, se encontraba en una situación cada vez más peligrosa. 
 
Su majestad lo miraba con odio y desconfianza. 
 
Los recuerdos de ese momento pusieron a su majestad con un mal sabor de boca, haciendo que soltara al príncipe heredero de manera tosca, provocando que cayera al piso por la fuerza brusca que ejerció. 
 
Arrancándole en el proceso varias greñas negras en forma de hilos, de tono de color oscuro que se dispersaron en la sala. 
 
Su majestad no se preocupó por la mirada despectiva de odio que el príncipe heredero le lanzó, ni le importó si le había dolido o no el proceso del impacto, ya que lo veía como un ser impuro que había manchado el linaje de la familia real. 
 
"¡Llevense al príncipe heredero a la prisión de plebeyo!", ordenó su majestad. "¡No le den agua ni comida hasta que confiese su crimen!" 
 
El príncipe heredero se desesperó al escuchar la orden, viendo cómo no le harían un juicio noble, sino que lo condenarían sin pruebas, violando la ley por intereses personales. Quería rechinar por lo que había dicho su majestad, pero no le dieron tiempo, ya que los guardias fueron rápidos en amordazarlo y ponerle cadenas para llevarlo a la prisión. 
 
En ese momento, su alteza hizo su entrada en la sala, acompañada de sus dos sirvientes, pilares del Clan de los elfos oscuros. 
 
La emperatriz llegó con un vestido de escote holgado en estilo griego, con un cinturón de cuero pegado al cuerpo, mostrando su hermosa cintura de arena. Caminaba como una diosa, sin mirar a los demás en la sala, ya que no estaba al alcance de sus ojos, que irradiaban una ferocidad que hacía juego con su delineado. 
 
"¡He venido a exigir que liberes al príncipe heredero, debido a que no estás en tu sano juicio y estás condenando a un inocente!", dijo su alteza. "¡Tengo prueba de lo que digo!" 
 
El mago que había traído la emperatriz dio un paso al frente y le entregó una gema verde. El otro pilar hizo un chasquido con su dedo y aparecieron dos hombres encapuchados en la sala. 
 
Uno sostenía al otro, que llevaba la insignia de dragón, indicando que era uno de los hombres ocultos de su majestad. 
 
Su majestad se enfureció. "¿Qué significa esto? ¿Por qué has capturado a uno de mis hombres? ¡Sabes lo que te podría ocurrir por tu osadía de tratar así a mi hombre?!" 
 
La emperatriz se olvidó de las formalidades frente a su majestad, consumida por el odio y el resentimiento. 
 
"¡Tanto es tu odio por mí, solo por tener un tono distinto al tuyo! ¿Acaso no fueron ellos quienes esclavizaron a nuestra gente antes? ¿Quién debe sentir odio por quién?" Su alteza se rió fascinada por la retorcida mente de su majestad. "Su majestad tiene nublado su juicio, solo por sus deseos personales. ¡Se tiene bien merecido su majestad por los sucesos que van a ocurrir! ¡Su prejuicio mató lo que ama!" "Ya que deseas que aclare, te diré por qué el príncipe heredero es inocente", dijo su alteza. "Tengo mi propia guardia, así que contraté a este hombre para que siguiera a mi hijo y monitoreara los sucesos acontecidos en el lugar con esta piedra." Mostró una piedra redonda color esmeralda con un brillo diferente. "Esta es una piedra grabadora. 
 
Como reina y madre, es mi deber proteger a mi único hijo, incluso de su propio padre." 
 
La sala estalló en un ruido de sorpresa y consternación. "¡Que mujer más atrevida!", "¿Cómo se atreve hacer una acusación hacia su majestad?", "¿Qué se puede esperar de una sangre impura?" 
 
La emperatriz ignoró los comentarios y continuó. 
 
"Para evitar cualquier atentado, seguí al príncipe heredero y, como madre, sabía de sus poderes. Por ende, contraté a un asesino gracias al mago Len. Él me recomendó a uno de los mejores, capaz de pasar desapercibido para elfo sensores." 
 
Su majestad, alterado por lo que dijo, le espetó: "¡Al grano, maldita elfo!" Su voz era áspera y llena de cólera. 
 
Con enojo, su alteza cogió la piedra y le inyectó maná en ella. 
 
"Ahora verás lo que realmente ocurrió en el acantilado." 
 
 La tensión en la sala era palpable. Todos esperaban con ansias la revelación que estaba por venir. 
 
Lo que se mostró en ese instante, quebró el alma del Emperador. Se veía claro como aquel hombre que estaba en la sala, todo golpeado y desaliñado, era el mismo que se reflejaba en la piedra.
 
PROYECCIÓN DE LA PIEDRA 
 
Se veía una persona con una capucha oscura y unos pantalones de cuero, que la mayoría de los asesinos usaban del reino de los elfos. 
 
Aquel personaje había salido del castillo usando una montura de lagarto, siguiendo así a los dos príncipes. 
 
En medio del viaje, el príncipe heredero cambia su trayecto, haciendo que el espía le pusiera una piedra rastreadora. 
 
Luego de unas horas, los príncipes llegan a su destino, pero el espía que estaba en una distancia prudente, no se percató de que el príncipe heredero no estaba. 
 
Solo procedió en beber la poción invisibilidad; en el proceso, la capucha se le mueve mostrando un elfo de piel blanca y unas mechas rubias que desapareció luego de beber la poción. 
 
Una vez invisible, procedió a entrar en escena, comenzando en cortar la cuerda, en donde se suponía que debería estar el príncipe heredero. 
 
Con esto mostrado, la piedra deja de proyectar. 
 
Su alteza guardó la piedra y miró a su majestad con frialdad. 
 
"Aunque no sé por qué enviaste un espía para hacer algo como esto, pero obtuviste lo que te merecías", pensó. 
 
Los súbditos que vieron esto pensaron en unísono: "¿Por qué su majestad jugaría con fuego y podría causar un malentendido entre ambas razas y anular el tratado de paz?" 
 
El príncipe heredero pensó: "¿En qué demonio estaba pensando su majestad en idear algo como esto? ¿Qué suerte que tengo a su alteza de mi lado, sin ella no hubiera sobrevivido en este palacio?". 
 
El silencio comenzó a reinar, ya que nadie quería hablar u opinar algo debido a la situación. 
 
El espía, sabiendo que había cometido un desliz, comenzó a sentir el frío de la muerte acechándolo.
 
 —Murmura: ¡Su majestad, déjeme explicarle! 
 
—Su majestad, con cara de demente, le respondió—: ¡Qué me vas a poder explicar tú? ¿Acabas de asesinar a un miembro de la familia real y no solo eso, sino que también acabaste con lo más apreciado que tenía?! ¡YO NO TE PEDÍ QUE LO MATARA! ¡SOLO QUE ASUSTARA AL PRÍNCIPE HEREDERO! 
 
El espía sabía que no tenía más escapatoria y pensó: "¡No hay duda, su majestad está vez lo matará!". Se le vino una idea: "Lo que debo hacer ahora es buscar a otra persona para que sea mi chivo expiatorio para que él pueda salvarse". 
 
—Volvió a hablar desesperado—: Su majestad, se de mi error, pero... ¿Dónde estaba el príncipe heredero cuando los sirvientes pedían ayuda para el segundo príncipe? 
 
Los tres elfos oscuros sintieron que se les revolvía el estómago por el descaro del espía. 
 
Su alteza pensó: "¿Estaría bien si estuviera tratando con alguien de su mismo nivel, pero no... un simple plebeyo, eh?" y luego reflexionó: "¿Oh... Será que piensa que él es alguien de la nobleza como para estar casi a la par de la realeza? Aun así, ni los nobles pueden hacer eso. Con esto se nota la calidad de sirviente que tiene este emperador en su puesto." 
 
Los dos pilares, Len y Miguel, también estaban sumergidos en sus pensamientos. 
 
Len pensó: "¿Qué sea creído este sirviente? ¿Cómo osa ir en contra de la familia real de esta forma?" 
 
Miguel pensó: "¿Esta escoria necesita que le corte la lengua? ¿Qué falta de respeto no reconocer su lugar? Así aprenderá cuál es su sitio." 
 
Su majestad, consciente de su culpabilidad, se sumergió en los recuerdos. 
 
Flashback: Su Majestad 
 
Unas horas antes del viaje, en el despacho del Emperador. 
 
—¡En serio, padre, mi hermano aceptó! —exclamó el segundo príncipe. 
 
—Sí, pero no le digas que yo te dije. Se supone que es una sorpresa para ti. Apuesto que te mandará a llamar en unas horas —dijo su majestad con un tono energético. 
 
El segundo príncipe se abrazó a su padre, emocionado. —Padre, muchas gracias. No sé qué haría sin ti —dijo. 
 
Su majestad se infló de orgullo y luego se separó de su hijo. 
 
—Murmura: Padre, iré a prepararme para el viaje, así que me despido. 
 
—Está bien, hijo. No olvides que, si tienes alguna duda sobre qué llevar, puedes hablar con los sirvientes o con el secretario para que te ayuden —dijo su majestad. 
 
—Sí... papá —respondió el segundo príncipe con una cara nerviosa. 
 
—Espera... Acabo de recordar algo que me gustaría que hagas —dijo su majestad, deteniendo a su hijo. 
 
—¿Padre, qué necesita que haga por usted? —preguntó el segundo príncipe. 
 
—Verás... Tu madre últimamente ha deseado una flor que solo sabe crecer en el risco del bosque King, en la ladera montañosa donde ustedes van a ir —dijo su majestad con nerviosismo. —Se detuvo unos minutos antes de continuar—: ¿Verás, la relación entre ellos no es muy buena que digamos? 
 
El segundo príncipe miró a su padre con extrañeza. 
 
—Me refiero en una forma de hacer más cercano al primer príncipe con tu madre, así poder ser una familia más unida. Además, ser un lindo gesto por parte de tu hermano —dijo su majestad, riendo para hacer que su hijo bajara la guardia. —Ahí entra usted como mediador, para apaciguar las relaciones, además de poder convencer a su medio hermano en ir por la flor —concluyó su majestad. 
 
El segundo príncipe se entusiasmó con la idea, pero luego miró a su padre con duda. Sin embargo, decidió ignorar sus sospechas y salir. 
 
Fin del Flashback 
 
Su majestad regresó al presente, consciente de su error y de las consecuencias que enfrentaría. 
 
Su majestad se sumió en un estado de negación, incapaz de aceptar la realidad. 
 
"¡Imposible, yo no maté a mi propio hijo, yo no fui...!" gritaba su mente, en la desesperación. 
 
 
Mientras tanto, el asesino, desesperado, gritó a su majestad en busca de una salida. 
 
"¡Su majestad, se de mi error, pero... ¿Dónde estaba el príncipe heredero cuando los sirvientes pedían ayuda para el segundo príncipe?!" 
 
Estas palabras causaron un mal sabor de boca en su alteza y sus súbditos, que tuvieron que contenerse para no armar un alboroto. Sin embargo, su majestad no les prestó atención, absorto en su culpa. 
 
Su alteza, calmada, reflexionó sobre la situación. "Aquel hombre prepotente, que se daba de sabio, había caído en un estado de demencia. Debido a su prejuicio hacia los elfos oscuros, terminó él mismo matando a lo que más amaba." 
 
Su alteza se dio cuenta de algo. "¿Cómo lo tomará su concubina Ryo cuando se entere de que fue el mismo rey quien hizo esto?" Con esto en mente, una sonrisa floreció en su labio. "¡Eso significa que se odiarán entre sí, y se comerán vivos, y todo ese amor que se dicen tener, sucumbirá en la desesperación para luego caer en el odio!" pensó su alteza. 
 
Su mirada cayó en su majestad, y con una mirada altiva, pensó: "¿Cómo voy a disfrutar este panorama, en primera fila?" 
 
—Susurra: "¡Como la rama de un árbol, el amor se puede quebrar, quedando en la nada, solo una guerra fría que va iniciar!" 
 
Su alteza habló, atrayendo la atención de todos. "¡Agarren a este traidor, para que sea llevado a la horca debido al intento de asesinato a alguien de la realeza! Se lo castigará bajo la ley imperial, sin necesidad de un juicio." 
 
La nobleza se disgustó, y uno de ellos habló con enojo. "¿Pero qué autoridad tienes para dictar esta sentencia? ¡El emperador es quien debe decidir sobre la justicia!" Su alteza continuó, sin inmutarse. "¡Liberen al príncipe heredero, no que digo, el nuevo emperador!" 
 
La nobleza se quedó estupefacta, y uno de ellos habló con enojo. 
 
"¿Qué estás diciendo? ¿Cómo puedes destituir al emperador sin un juicio o un consejo real?" 
 
—¡Pero! ¡qué estás diciendo! ¿Cómo es eso de que van a destituir al emperador? ¡Además, nadie ha dicho que el segundo príncipe haya muerto, sin un cuerpo, no podemos asumir que murió! 
 
La sala se llenó de protestas y gritos, pero su alteza permaneció tranquila. 
 
El ministro de la izquierda gritó. "¡Se pueden callar de una vez todo!" 
 
El primer príncipe se encontraba enojado, pero se calmó y se puso a observar la situación. 
 
El ministro de la izquierda, lleno de enojo, acusó a su alteza. "¡Te estás rebelando contra la corona, maldita sangre sucia!" 
 
La audiencia comenzó a exclamar su opinión reprimida. "¡Usurpadora! ¡Destrónenla de su puesto! ¡Víbora, esperaba derrumbar al segundo príncipe, ustedes planearon esto!" 
 
Cada una de estas palabras era un insulto para los oídos del primer príncipe, ya no podía soportarlo más, habló. 
 
"¡Quien más desea ir en contra de la familia real, como para unirse a la guillotina junto al traidor!" 
 
Todos lo miraron, sus rostros reflejando una paleta de colores por la sorpresa y el miedo. El primer príncipe recordó la reunión secreta con el emperador, en la que se acordó el contrato de sangre. 
 
El emperador había chantajeado al primer príncipe para que aceptara su pedido y a cambio él le ayudaría dándole un edicto para la ayuda que necesita para la nueva raza de elfos oscuros.
 
 "¿Qué osadía tiene este príncipe en tratarlo como si fueran lo mismo, con esa sangre sucia? Nos hace ver a nosotros como si fuéramos una monstruosidad", pensaron los nobles en unísono. 
 
Un súbdito, llamado C, tomó valor para hablar. "¡Saludo a la gran estrella del imperio!", dijo, inclinando su cabeza en señal de respeto. 
 
El primer príncipe lo miró seriamente y respondió: "¿Qué tienes que decir? Habla sin más, ya que las cosas han llegado hasta este punto. Es mejor aclarar el malentendido." 
 
El súbdito C comenzó a hablar con elocuencia y arrogancia: "¿Cómo puede usted amenazar abiertamente a su súbdito, cuando hablamos de una suplantación de puesto? No es que digamos que usted no sea apto para el puesto, solo que la batalla real por el puesto no se ha llevado a cabo. ¿Cómo podemos asumir que se coloque de la nada un nuevo gobernante?" 
 
El primer príncipe se enojó al escuchar esto, especialmente por la forma en que miraban a su madre.
 
"Estoy harta de que los elfos miren a mi madre así. Es hora de darle un poco de cara a mi madre, es hora de que yo, su hijo, suba de puesto para hacerla respetar", pensó. 
 
Después de un silencio largo, el primer príncipe habló: "¿Dime una cosa, tú de qué facción noble eres? Además de cuestionar la orden de alguien de la realeza, en sí ya es un crimen que están cometiendo, y más en insultar a la emperatriz, mi madre?" 
 
El joven iba a replicar, pero el príncipe no le permitió hablar. "Pensé que ibas a aportar algo distinto, pero no, eres igual que ellos que tienen discrepancia hacia los elfos oscuros. No se da cuenta con quién está hablando, y no se inmuta en hablar faltando el respeto." 
 
El primer príncipe sacó el contrato de sangre que había hecho con el emperador y lo duplicó usando su magia délfica. 
 
Los nobles se quedaron helados al ver el documento. "¡Primer príncipe, perdónenos, no sabíamos acerca de este edicto! Nos dejamos llevar por nuestro desconocimiento y nuestro prejuicio", dijeron los nobles en coro. 
 
El primer príncipe dictó su sentencia: "Por haber cuestionado a su alteza y a mí, y por seguir con su prejuicio hacia los elfos oscuros, serán despojados de su puesto y puestos a trabajar en una mina. En cambio, a su majestad será llevado a otro palacio y será atendido por los mejores médicos, junto a su concubina, la reina." 
 
Su alteza ordenó a sus guardias: "Ustedes también ayuden a encontrar el cuerpo del segundo príncipe, ya sea vivo o muerto." 
 
Los dos elfos que la acompañaban respondieron: "¡Sí, su alteza!" 
 
Cuando todos salieron de la sala, su alteza miró a su hijo y lo abrazó mientras temblaba, con lágrimas en los ojos. 
 
"¡Te encuentra bien, hijo!", exclamó, apretando al primer príncipe. "Yo pensé que el juicio iba a ser más largo, y temía perderte, hijo, si hubiera demorado en venir... ¡te hubiera sentenciado sin más!" 
 
El primer príncipe notó el enojo y el miedo en la voz de su madre y lo interpretó como una muestra de preocupación hacia él. 
 
Se conmovió y respondió: "Lo sé, madre. Gracias a los dioses que tengo una madre como tú. Si no fuera por ti, yo hubiera muerto. Ahora seré yo quien te cuide, así que ya no hay de qué preocuparse más." Mientras hablaba, el primer príncipe pensó: "Debo encontrar el cuerpo de mi medio hermano y dárselo a mi padre y a esa mujer, para que proceda a enterrarlo y así ganar una buena imagen. También debo quitarle todo poder político a esa mujer." Luego se preguntó: "¿Por qué mi medio hermano se confabuló con mi padre para hacerme daño?" 
 
Se detuvo y recordó su recelo hacia su medio hermano. "Y por poco caigo", susurró. 
 
Recordó cómo su instinto le había advertido que algo andaba mal, pero había ignorado la señal de alerta porque su medio hermano parecía inofensivo. 
 
Su madre lo interrumpió. "¿Te encuentras bien, hijo? ¿Tienes algo que te preocupa? Si es así, cuenta conmigo." 
 
El primer príncipe respondió nerviosamente: "Sí... estoy bien, madre. Solo me cuestiono el acercamiento de mi medio hermano hacia mí, eso es todo." 
 
Su alteza dijo con voz firme: "La manzana no cae lejos del árbol, hijo." 
 
El primer príncipe se sintió confundido, pero su madre aclaró: "No eres igual que tu padre en su forma de ser. Tú tienes la mitad de él y la otra mitad lleva mi sangre. Somos los elfos más nobles que ellos." 
 
El primer príncipe se sintió un poco más aliviado y agradeció a su madre. Ambos se abrazaron y salieron para hacer lo que les faltaba por culminar. 
 
Mientras tanto, en el palacio Rosa de Cristal, la noticia de lo ocurrido en la sala principal se había disparado como una bomba.
 
La reina Ryo Ni, la preferida de su majestad, se encontraba destrozada. 
 
No podía creer que su hijo hubiera muerto y que su majestad fuera el responsable. La reina recordó su pasado, desde su infancia hasta que conoció a su majestad. 
 
Recordó cómo la familia imperial la había rechazado por ser una 'Elegida de Artemisa', una bendición que unía a las almas gemelas con un lazo eterno. Sin embargo, la familia imperial temía que esa unión fuera demasiado intensa, que Ryo Ni y su majestad se volvieran mutuamente dependientes, perdiendo la perspectiva y la razón. Temían que la bendición convirtiera a Ryo Ni en una influencia dominante sobre su majestad, nublando su juicio y poniendo en peligro el futuro del reino. 
 
Recordó cómo había pasado la prueba de la cueva de Afrodita, demostrando que su amor por su majestad era puro y verdadero. Recordó sus días de estudio para ser emperatriz y cómo había sido rechazada. 
 
Luego recordó el día en que su majestad le pidió que se convirtiera en su concubina y cómo ella había decidido degradarse por amor. Recordó cómo había exigido que se casaran el mismo día y que dejaran a la esposa principal alborotada en su noche de boda. 
 
La reina se sintió histérica al recordar cómo su majestad la había traicionado con la emperatriz y cómo había tenido un hijo con ella. Recordó el nacimiento de su propio hijo, Leo Jou, y cómo había sido su momento más feliz. 
 
Pero ahora, todo eso parecía un recuerdo lejano y doloroso. La reina Ryo Ni se sentía traicionada y engañada por el hombre que amaba. Su hijo había muerto, y ella no podía hacer nada para cambiarlo. 
 
Se levantó de su silla y comenzó a caminar por la habitación, intentando calmarse. Pero no podía sacar de su mente la imagen de su hijo muerto y el rostro de su majestad, que había sido capaz de ordenar su asesinato. 
 
La reina se detuvo frente a una ventana y miró hacia fuera, hacia el jardín que había diseñado ella misma. Recordó cómo su majestad la había llevado allí en sus primeras citas, cómo la había besado bajo las estrellas. Pero ahora, todo eso parecía una mentira. 
 
La reina se sintió enferma de dolor y rabia. "Lo odio", susurró. "Lo odio por lo que ha hecho." La reina Ryo Ni se volvió hacia su doncella, que la miraba con lágrimas en los ojos. "Prepara mis cosas", le dijo. "Voy a salir del palacio. No puedo estar aquí ahora." 
 
La doncella asintió y comenzó a preparar las cosas de la reina. Ryo Ni sabía que no podía quedarse en el palacio, no después de lo que había pasado. Tenía que salir de allí y encontrar una forma de hacer justicia por su hijo. 
 
Mientras tanto, el primer príncipe se dirigía a la zona donde había muerto su hermano. Quería encontrar su cuerpo y llevarlo de vuelta al palacio para darle un entierro digno. 
 
"Debo encontrar el cuerpo de mi hermano", se dijo. "Y asegurarme de que reciba un entierro digno. Luego, podré pensar en cómo hacer justicia por su muerte." 
 
El primer príncipe siguió adelante, determinado a cumplir su misión y a hacer lo correcto por su hermano. 
 
La reina Ryo Ni, consumida por el dolor, había perdido el control. Su inconsciente la había llevado lejos de la realidad, sumiéndola en una histeria desesperada. Arrojaba objetos al suelo, gritando por la pérdida de su hijo. 
 
—¡Por qué, por qué... mi hijo! ¡Él no tenía que haber muerto, no así! —exclamaba, sin ser consciente de sus actos. 
 
Su sirvienta, intentando consolarla, se acercó, pero no sabía cómo calmarla. La reina había luchado tanto para concebir a su hijo, y ahora él estaba muerto. Ese dolor era insoportable. 
 
—¡Mi reina, por favor tranquilícese, todavía no han encontrado el cuerpo, seguro que su majestad...! —intentó decir la sirvienta, pero la reina la interrumpió con una mirada matadora. 
 
La sirvienta, a pesar del miedo, intentó hablar de nuevo, pero la reina se levantó y la agarró de la greña, tirándola al suelo y golpeándola. 
 
—¡Para, mi señora, por favor... que pare, ayuda! —gritó la sirvienta. 
 
Los presentes se paniquearon al ver la escena. 
 
La reina, normalmente benigna y cálida, había perdido su compostura. En ese momento, los guardias imperiales llegaron, no para ayudar a la sirvienta, sino para llevarse a la reina al palacio "Nube despejada", según la orden del primer príncipe. 
 
Al ver la escena, los guardias se sorprendieron. 
 
La reina, ignorando su presencia, seguía gritando. 
 
—¡Mi hijo! ¡Dónde está mi hijo, exijo verlo! ¡Suéltame, maldito guardia, te mataré! —exclamaba. 
 
Los guardias sintieron empatía por ella, recordando su bondad como reina. 
 
—¡Mi reina, es mejor que se tranquilice, ya no nos haga las cosas más difíciles para nosotros, recuerde que usted es parte de la realeza, y su comportamiento está fuera de sí! —dijo uno de los guardias. 
 
La reina, recordando su entrenamiento para ser emperatriz, pensó: "¿De qué valió todo si al final no me protegieron? ¡Solo por política!". 
 
Comenzó a maldecir a la familia imperial y a los elfos oscuros. —¡Maldigo a esos dos viejos apestosos, en donde quiera que estén, espero que se mueran los antiguos emperadores! Es por su culpa que mi hijo está muerto. 
 
Cansados de sus palabras, los guardias la noquearon y la llevaron al palacio. 
___________________________________________________________________________________________  CAP 6: La Belleza Celestial: El Legado del Clan Ni
 
En la casa principal del Clan Ni, la oficina principal era el dominio de un elfo con aire de empresario. Su apariencia refinada y belleza hipnótica eran características que lo distinguían. 
 
Los elfos, en general, eran considerados los seres más hermosos del planeta Zero, pero el Clan Ni poseía una belleza inigualable gracias a la bendición de la Diosa Artemisa, otorgada con la ayuda de Afrodita. 
 
Sin embargo, había un matiz importante: la bendición no provenía directamente de Artemisa, sino de Afrodita. Los elfos ajenos al Clan Ni desconocían este detalle, mientras que los miembros del clan creían que la bendición era un don de Artemisa. 
 
La belleza excepcional no se limitaba a los elfos masculinos del Clan Ni. Las elfas, aunque no compartían esa belleza, poseían otros dones. 
 
La bendición les permitía encontrar a su amor destinado cuando llegaban a la madurez, evitándoles el sufrimiento del "mal de amor". Esto las protegía de sentir celos o rivalidad hacia otras elfas. 
 
Esta característica del Clan Ni generaba envidia entre otros elfos. Además, la bendición presentaba una similitud con los hechizos prohibidos de la magia negra de Hécate, lo que llevaba a confundirla con la bendición de Afrodita. 
 
Gracias a este don, el Clan Ni había logrado igualar su poder político con la familia real a través de los matrimonios estratégicos de sus hijas. Los maridos se encontraban profundamente enamorados de ellas, como si su vida dependiera de su amor.
 
En un pasado lejano, el clan Ni, una familia de elfos blancos, poseía una bendición especial que les permitía hipnotizar a otros elfos. 
 
Sin embargo, esta bendición era vista con recelo por otros clanes y la familia imperial. Los varones elfos no tenían este efecto hipnótico en sus parejas, ya que su belleza hacía que las elfas se enamoraran de ellos perdidamente. Esto permitía tener buenos matrimonios arreglados de manera selectiva, ya que no estaban destinados a alguna elfa en específico. Sin embargo, había un inconveniente: solo podían tener un hijo varón por cada núcleo familiar, y después solo mujeres. 
 
A pesar de esto, el clan Ni creció en poder y riqueza a lo largo de las generaciones, hasta igualar su influencia con la familia imperial. Esto despertó celos y resentimiento entre los nobles y los elfos oscuros. 
 
—Es hora de poner medida al clan Ni —dijeron los nobles—, argumentando que su bendición era una forma de magia oscura que les permitía controlar a los demás. 
 
El rey, influenciado por estos rumores, decidió tomar medidas. 
 
—Voy a casarme con una de sus hijas —dijo—, para vigilarlos desde adentro. 
 
El clan Ni se indignó al escuchar esta propuesta. 
 
—¿Cómo puede usted dudar de nuestra bendición? —preguntaron—. ¿Acaso no somos parte de su reino? 
 
La respuesta del rey fue contundente: —Solo será una reina de renombre, sin poder político. 
 
El clan Ni se negó a aceptar esta propuesta, y el rey se sintió ofendido. 
 
—¿Quién se atreve a rechazar mi oferta? —pensó. 
 
La negativa del clan Ni llevó a una aniquilación brutal. El rey ordenó erradicar al clan Ni y a todos los que estuvieran relacionados con ellos. Sin embargo, la Diosa Artemisa intervino, castigando a los que habían intentado erradicar al clan Ni y restaurando sus tierras. 
 
Los elfos oscuros reclamaron a la Diosa, —¿Por qué protege a los elfos blancos y no a nosotros? —preguntaron—. ¿Acaso no somos parte de su creación también? 
 
La Diosa Artemisa se molestó por esta pregunta. —No los he abandonado —dijo—, pero todo tiene su tiempo. 
 
La Diosa Artemisa se acercó al oráculo del pueblo de los elfos oscuros para darle una profecía. 
 
—De la estirpe de los elfos oscuros nacerá una elfa con heterocromía, que llegará a tener una inteligencia como la Diosa Atenea, pero no superior a la mía. Será un ser de gran corazón, capaz de sacrificarse por otros, y llevará consigo un gran poder. Será una elfa muy hermosa que, con su astucia, logrará unificar la continente tortuga. 
 
Una vez que hubo dicho eso, la Diosa Artemisa procedió a dejarle al pueblo un nuevo don para que lo repartieran con los demás elfos oscuros, y luego se marchó, dejando un aroma a menta que refrescó el ambiente. Con ese don y la profecía que tanto anhelaba el pueblo, se determinó un nuevo giro en la historia de la continente tortuga. 
 
La profecía fue como una bomba a punto de estallar para los elfos blancos, que se creían seres superiores a otras razas. 
 
—¿Ahora nuestra Diosa nos ha dado la espalda una vez más? —pensaron. 
 
En la familia real, esta noticia fue peor que la muerte. El rey actual de los elfos blancos se llenó de miedo y rabia, sin entender cómo la Diosa, que una vez los creó y los bendijo, podía hacerles esto. 
 
—¿Acaso la familia real no es digna para la Diosa, o es que ya no nos necesita y nos considera una molestia? —pensó. Se tranquilizó después de ver el daño que había hecho a su escritorio y reflexionó. —¿Por qué nuestra Diosa comienza a querer a esa abominación que blasfema contra ella, diciendo ser también su creación, cuando no es así?
 
—¿No será que nuestra Diosa está siendo manipulada o es una impostora? —pensó el rey. Sin embargo, rechazó esta idea. —¡Es imposible que suceda algo así! ¡La Diosa real ya los hubiera calcinado! —dijo. 
 
El rey quería invocar a la Diosa para saber qué ocurría. 
 
—¿Por qué nunca se ha vuelto a presentar a nosotros, la familia real, como antes? Además, solo defendió al clan Ni y ahora a los elfos oscuros, cosa que antes no hizo. ¿Por qué ahora? Pero él era consciente de que habían dejado de escuchar la voz de la Diosa hace miles de años. 
 
El motivo, nadie lo sabía. No había registro del porqué. De ahí su descontento con el clan Ni. 
 
—Ahora, debido a la Diosa, tengo que desistir en destruir al clan Ni, pero ahora quiere que un elfo oscuro gobierne la continente tortuga —pensó el rey. 
 
El emperador no se había percatado de que la causa de que eligieran a otro como gobernante, sobre él, era el pecado que venían arrastrando la familia real, que ya había alcanzado el umbral del cielo, llenando de cólera a Artemisa. 
 
Tanto inocente fueron masacrados a través de la historia, por la familia real que ya no era la misma que fue, sus antecesores, antes de ellos, no tenía esta discrepancia. Hubo tiempo en que la familia real tuvo conexión con la Diosa, pero ya no. 
 
El miedo y la tiranía del rey lo cegaron de nuevo, causando que una vez más, la guerra se hiciera presente en la continente tortuga hacia los elfos oscuros. Pero no contaba con que ellos tenían otra habilidad que cambiaría el rumbo de esa guerra. 
 
Una guerra que se venía arrastrando hace miles de años, y que se detuvo por unos años, ya que la guerra, ellos, los elfos blancos la ganaron, esclavizando a los elfos oscuros. Pero algunos lograron huir a tierras remotas de la continente tortuga, ocultándose. No se sabía de esa pequeña población que huyó.
 
El rey de ese entonces mandó rastreadores para capturar a esos fugitivos, pero nada. Así que desistieron en buscarlos hasta la masacre del clan Ni que quedó descubierto. 
 
[Nota: Artemisa ocultó a esa pequeña población, no salvó a los demás porque todo tenía un propósito] 
 
En esta segunda guerra, los elfos blancos casi se extinguieron, haciendo que retrocedieran drásticamente. Para una vez más, tener que levantarse, poniendo en la batalla a todas las familias nobles que tenía en su alcance, incluyendo al clan Ni que era el arma más importante, ya que era una familia cercana a la Diosa, pero ellos lo rechazaron rotundamente. 
 
El clan Ni ya no quería ser puesto en medio del huracán por su bendición. Ignorando así la guerra que se había formado, pensaron los líderes del clan Ni. 
 
—Así como les dieron la espalda a ellos, ellos también les dieron la espalda al mundo —dijeron. 
 
Cerraron sus puertas de su territorio, y como ellos eran cercanos a la Diosa Artemisa, la guerra no les afectó. 
 
La Diosa Artemisa sabiendo con anticipación lo que iba a pasar, cubrió sus ojos y tapó su boca por la aberración que estaban cometiendo con las elfas nacidas del clan Ni. Así que Artemisa les dio la espalda al clan Ni. 
 
Los mayores del clan Ni se acogieron a nuevas reglas que implementaron ellos. Y era que ninguna elfa mujer del clan debería existir, ya que de ellas había salido más el rumor del lavado de cerebro. Sin ellas, los varones podrían tener buenos matrimonios sin estar rodeados del rumor. 
 
Así que los casamientos dentro del clan fueron elegidos por los ancianos y los padres de esto, y desde entonces la natalidad dentro del clan se hizo menos frecuente, a diferencia de la natalidad de sus antepasadas. 
 
Así que había menos integrantes dentro menos integrantes dentro del clan Ni. Pero el clan Ni no se dio cuenta de que estaban cometiendo un error mayor que el que habían cometido los elfos blancos. 
 
La Diosa Artemisa, al ver esto, se llenó de tristeza y dolor. 
 
—¿Por qué no entienden? —dijo—. ¿Por qué no ven que la verdadera fuerza está en la unión y no en la separación? 
 
La Diosa Artemisa decidió intervenir de nuevo, pero esta vez de manera diferente. Envió a un mensajero a la continente tortuga con un mensaje para el clan Ni. 
 
—La Diosa Artemisa os habla —dijo el mensajero—. ¿Por qué habéis rechazado a vuestras propias hijas? ¿Por qué habéis elegido el camino de la separación? 
 
Los ancianos del clan Ni se reunieron para discutir el mensaje. 
 
—¿Qué quiere decir la Diosa? —preguntaron—. ¿Acaso no hemos hecho lo correcto? Pero uno de los ancianos, más sabio que los demás, habló: —La Diosa nos está diciendo que hemos cometido un error. Que la verdadera fuerza está en la unión y no en la separación. 
 
 —¿Qué debemos hacer? —preguntaron los demás. —Debemos cambiar —dijo el anciano—. Debemos aceptar a nuestras hijas y unirnos con los demás clanes. Pero no todos estuvieron de acuerdo. 
 
Algunos se opusieron a cambiar, y la división se hizo presente en el clan Ni. Mientras tanto, la guerra entre los elfos blancos y los elfos oscuros continuaba. 
 
La continente tortuga se encontraba en un estado de caos y destrucción. Pero en medio de todo esto, una figura emergió. 
 
Una elfa oscura con heterocromía, con una inteligencia y una belleza sin igual. Era la elfa profetizada por la Diosa Artemisa. 
 
 —¿Será ella la que pueda unir a los clanes y traer la paz a la continente tortuga? —se preguntaron muchos. Solo el tiempo lo diría.
 
   

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